Matrícula de deshonor

La política llega a las aulas

Hace unos días conocíamos la noticia sobre el caso del IES del Andévalo, en el que la Fiscalía de Menores de Huelva...

Publicado: 25/03/2019 ·
13:11
· Actualizado: 25/03/2019 · 13:11
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Hace unos días conocíamos la noticia sobre el caso del IES del Andévalo, en el que la Fiscalía de Menores de Huelva decidía archivar el expediente de riesgo abierto por la presunta vulneración de derechos, ante unas actividades organizadas con motivo del 8M. En dicha dinámica, los profesionales educativos había considerado dejar salir cinco minutos antes al recreo a las chicas, y que los chicos pudiesen tomar conciencia sobre la desigualdad existente a través de esta inocente situación, lógicamente, con las explicaciones pertinentes sin que dicho ejercicio fuese más allá de lo expuesto. Este hecho se sacó de contexto con intenciones absurdas de luchas encarnizadas de políticos que buscan el poder, y que acaban siempre creando confusión. Es lamentable que cualquier acción fuera de lo establecido, se convierta en una herramienta de crítica, obviamente, distorsionada para beneficio propio. Este objetivo imperioso de ganar, mandar, garantizarse un sueldo... nos está enfrentando. Cuanto más me adentro en este mundo político, más repugnancia siento. No importa el daño colateral de las particulares guerras, no les importan las consecuencias; quieren vencer al contrincante sin reparo alguno. Por otro lado, estamos nosotros mismos y nuestras eruditas opiniones. Aquí todos opinamos sin saber, sin conocer las estrategias que un colectivo educativo considera, desde una base pedagógica, e imagino, con argumentos. La gente habla desde una perspectiva sesgada, sin tener presente dicha actividad dentro de una serie de dinámicas que se desconocen. En esta dinámica radica el problemas que estamos viviendo. Confundimos una parte por el todo. Es curioso que una simple actividad controlada, con unos objetivos marcados sin riesgo alguno, pueda llegar a convertirse en una herramienta política.  Particularmente, pienso que jamás se debería haber dado un paso atrás. Va en detrimento, no sólo de la actividad en sí y sus objetivos, también de la propia educación, cada vez más condicionada cuando debería ser un espacio arbitrario y garante del futuro de nuestra sociedad.

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