Matrícula de deshonor

Feliz vuelta de vacaciones

Comienzan unas jornadas distintas y la vida en la ciudad vuelve a resurgir aún con la ropa de baño sin guardar

Publicado: 03/09/2018 ·
11:17
· Actualizado: 03/09/2018 · 11:17
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Hablar de vacaciones suena algo raro en estos tiempos que corren, en los que pocos tienen ese privilegio tan necesario para afrontar el día a día que nos ha tocado vivir. Aún así, seguimos viviendo el verano desde esa premisa: un tiempo para descansar y reponer fuerza más allá del asueto asiduo de la jornada laboral. A pesar de las circunstancias que se padecen, este concepto se aplica aun no teniendo días de descanso para ello. 

Particularmente soy de los que no poseo esa libertad vacacional y busco huecos en la agenda para poder derrochar las horas en actividades que se adapten a este tiempo estival tan imperioso, intentando descargar la tensión que los largos meses de trabajo generan, dado, que está más que comprobado que es uno de los mejores antídotos para el estrés. Por suerte, Huelva es una ciudad que conoce bien el verano, que por su situación geográfica lo siente desde los primeros días de sol, que se adapta con facilidad, y en menor o mayor medida, cuenta con actividades y espacios para este periodo -más allá del polo químico-. Su mar y su sierra están siempre presente durante todos los días del año, pero en verano, meses más propicios para disfrutar de las vacaciones, se hacen más presentes, y marchamos tras el aire limpio de nuestra provincia o la sal y arena de nuestras playas, aunque sean unas simples horas. Lo importante es aprovechar al máximo la familia, los amigos, las noches de terraza...

Para muchos onubenses que han gozado de esa situación de privilegio, hoy comienzan unas jornadas distintas, y la vida en la ciudad vuelve a resurgir, aún con la ropa de baño sin guardar, a la espera de que llegue el próximo fin de semana para aprovechar este indulto temporal que nos da nuestro clima. Es por ello que la adaptación al trabajo cotidiano se nos hace algo más liviana, pero no carente de los propios síntomas del conocido síndrome postvacacional, que debemos ir afrontando, tomando conciencia de la realidad que nos espera hasta el próximo verano, y del que muchos no saldremos nunca. Feliz vuelta de vacaciones.

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