Matrícula de deshonor

Ni alarmismos... ni malos humos

Hace una semana la Ría de Huelva se despertó con sus aguas llenas de una especie de espuma blanca y con un tono turquesa muy diferente a su color natural

Publicado: 02/04/2018 ·
12:49
· Actualizado: 02/04/2018 · 12:49
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Hace una semana la Ría de Huelva se despertó con sus aguas llenas de una especie de espuma blanca y con un tono turquesa muy diferente a su color natural, hecho que alertó a muchos onubenses, quienes centramos la atención en las fábricas, pensando en cualquier posible vertido como origen de esta imagen, en un principio, antinatural. Fue Mesa de la Ría la que denunció públicamente la situación a través de las redes sociales y alertó al Seprona y al servicio de Emergencia 112, para despejar las posibles dudas de estos aparentes residuos que disfrazaban la zona del Muelle de Levante. Las autoridades competentes, tras sus respectivos análisis, aclaran en un comunicado que dicha espuma no es más que el contraste del mineral arrastrado por el temporal que tiñe de turquesa el agua y que los análisis realizados descartan cualquier tipo de vertido -imagino que se referirán a vertidos actuales- . Ante esta situación, ya habitual en nuestra ciudad, se intenta minimizar el problema de las fábricas, aprovechando este error, si así lo ha sido, para contrarrestar la mala imagen que tienen, resaltando el alarmismo que se crea constantemente sin base alguna. Se ha de ser muy canalla para aprovechar como defensa esta posible falsa alarma después de decenas de años sufriendo la constante contaminación que estos gigantes de la avenida Francisco Montenegro han dejado en nuestra tierra, y que en mayor o menor medida, siguen dejado de una forma u otra.

La experiencia que hemos sufrido los onubenses a lo largo de los años deja claro el deterioro de nuestros parajes más preciados, en el que nuestro paraíso, la Ría de Huelva, ha sido el vertedero asiduo y constante, hasta llegar a la situación en la que se encuentra. El que adopten el rol de mártir por este supuesto alarmismo es tan estúpido como atrevido, y no resta valor alguno al pensamiento generalizado de los ciudadanos, que seguimos en la misma línea: apostar por una Huelva diferente, sin humos, sin vertidos, con una Ría limpia de residuos, con la recuperación de nuestras zonas de baños y con una mirada pura al mar que se traduce en la eliminación de las fábricas en la avenida Francisco Montenegro. Yo soy de aquellos que se enorgullecen de contar con personas y plataformas que velan por nuestros intereses, que defienden nuestra tierra, que están atentos a cualquier fisura que pueda existir en las contaminadoras fábricas, para evitar mayor daño a nuestro aire, nuestra aguas y nuestros ciudadanos, y ningún error en estos menesteres evitará que dicho sentimiento siga latente. En este caso, se podría pedir disculpas por el posible alarmismo, pero a los onubenses, jamás a las fábricas, que no merecen ningún tipo de respeto por todo el daño que han ocasionado a lo largo de toda su existencia.

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