Los seis hombres acusados de asesinar a tiros a un conocido porque, supuestamente, les había robado un gallo de pelea en la barriada malagueña de Los Asperones, han comenzado a declarar ante el jurado que tendrá que emitir un veredicto de culpabilidad o no culpabilidad.
El juicio ha comenzado este lunes en la Audiencia Provincial de Málaga y, según han informado a Efe fuentes judiciales, se están tomando todas las medidas preventivas relativas al coronavirus, como distancia de seguridad, mamparas y fundas para los micrófonos así como mascarillas tanto para acusados como para las partes personadas en el procedimiento.
Los procesados se enfrentan a un total de 99 años de prisión y que indemnicen conjunta y solidariamente a la hija menor con 298.000 euros y al padre del fallecido con 72.000 tras considerar que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato y tenencia ilícita de armas cortas.
Los cinco autores materiales del crimen son de una misma familia y el sexto acusado es una persona de confianza que supuestamente les facilitó la armas cortas con las que acabaron con la vida de la víctima, según el escrito acusatorio, al que ha tenido acceso Efe.
El magistrado presidente tiene previsto celebrar sesiones de mañana y tarde durante dos semanas aproximadamente, según las fuentes.
El crimen fue cometido sobre las 00.20 horas del 3 de febrero de 2017 cuando los acusados fueron en busca de la víctima como consecuencia de una disputa mantenida previamente por un posible robo de un gallo de pelea.
Los acusados llevaban armas cortas de fuego con "ánimo de arrebatarle la vida" y tres de ellos le dispararon "a corta distancia e indiscriminadamente".
La víctima recibió ocho o nueve disparos en el cuerpo, la mayoría por la espalda y, "en consecuencia, anulando cualquier tipo de posibilidad de defensa".
Los disparos le afectaron a los vasos sanguíneos, pulmones y columna vertebral, y le originaron un choque hipovolémico neurológico que le provocó la muerte.
Antes del crimen, el hombre de confianza de la familia les llevó a la vivienda de uno de ellos una mochila negra que contenía las armas de fuego con las que cometieron el crimen, según el fiscal.
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