La prevalencia de consumo de tabaco ha crecido hasta el 28 por ciento de la población adulta, un aumento que preocupa a los neumólogos, que reclaman que se duplique hasta 10 euros el precio de la cajetilla y se vigile el cumplimiento de la normativa, especialmente en las terrazas de bares.
El porcentaje de españoles que fuman actualmente es "francamente alto", en torno a dos puntos más que el mejor registro de las dos últimas décadas, según ha dicho a Efe el presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), Carlos Andrés Jiménez.
Junto a la aparición de nuevas formas de fumar, como los cigarrillos electrónicos, hay una "relajación" en el cumplimiento de la normativa en establecimientos de hostelería, y hay muchos fumadores a los que no se les ofrece "una ayuda adecuada" para que abandonen el consumo, ha explicado.
"Hay que reducir el número de jóvenes que se inician al consumo y la medida más eficaz es elevar los precios", ha recalcado el neumólogo, quien ha incidido en que España es el país europeo donde el tabaco es más barato, por lo que ha instado a seguir el modelo de Francia o de los países nórdicos.
En Francia, la subida del precio a 10 euros "está funcionando muy bien y se ha reducido claramente el número de fumadores", ha indicado Jiménez, que participa este viernes en Málaga en la 27 Reunión de Invierno Conjunta de las Áreas SEPAR.
Ha planteado que el dinero que ganaría el Estado derivado del aumento del precio se reinvirtiese en "proporcionar más salud", como una mayor asistencia sanitaria para ayudar a dejar de fumar, ya que al hacerlo estas personas ocasionarían menos gastos sanitarios, lo que finalmente beneficiaría al sistema público de salud.
En cuanto a la normativa actual, el presidente de SEPAR no cree que esté obsoleta, pero sí ha demandado que "se vigile" su cumplimiento y se adopten medidas punitivas para los que no cumplen, que son fundamentalmente los establecimientos de hostelería.
A este respecto, el coordinador del área de Tabaquismo de SEPAR, Jaime Signes, ha afirmado a Efe que es necesario un mayor control de las terrazas, sobre todo en el norte y centro de España, ya que "realmente son locales en la calle, cerrados por cuatro sitios" y en ese caso no se puede permitir fumar.
También ha defendido una política más restrictiva respecto al cigarrillo electrónico, que "ha conseguido escaparse de las leyes de control de la publicidad" y debe ser considerado un producto derivado del tabaco.
"Por mucho que se empeñen los vendedores en decir que es un producto inocuo", se ha comprobado que el cigarrillo electrónico "no solo no sirve para dejar de fumar, sino que es una puerta de entrada a la adicción a la nicotina y el consumo de tabaco", ha asegurado.
Signes cree que, además de hacer campañas de prevención para evitar que los jóvenes se inicien en el tabaquismo, controlar la publicidad y el cumplimiento de la normativa actual, es necesario un mayor esfuerzo del sistema público para ayudar a que dejen de fumar a los que quieren hacerlo, especialmente al grupo de 35 a 55 años.
"Es una enfermedad crónica adictiva y, por tanto, es necesario que la gente tenga ayuda, igual que a una persona que tiene el colesterol alto se le da una medicación además de que siga una dieta", ha indicado.
Los neumólogos aplauden que el Ministerio de Sanidad vaya a financiar a comienzos del próximo año dos fármacos para deshabituarse del tabaco, bupropion y vareniclina, pero piden que también sufrague la terapia sustitutiva con nicotina porque también ha demostrado ser eficaz.
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