Málaga

El calvario de una familia por los “obstáculos” de la sanidad

Salvador España fue operado hace casi un año por cáncer de colón en Málaga, que le afecta actualmente a pulmones, hígado y huesos

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  • La mujer de este hombre critica los retrasos y el trato recibido en los centros sanitarios
  • Máquinas rotas, falta de personal o profesionales “incompetentes”

Va hacer un año desde que Salvador España de 67 años fue operado de cáncer de colon, un tumor que también ha afectado a sus pulmones, hígado y huesos. La familia de Salvador ha subido un vídeo a internet criticando la “odisea” que están viviendo desde que le detectaron la enfermedad.

“Mi marido se me muere encima de mí en un charco de sangre”

“No es el obstáculo de la enfermedad, sino los obstáculos que te pone la sanidad”, ha denunciado Cristina, mujer de Salvador, indicando que la sanidad “es un derecho que estamos pagando, mi marido ha estado 50 años cotizando”.

Cristina ha lamentado que la jubilación le ha dejado a su compañero de vida esta “maldita” enfermedad, recordando que el proyecto de jubilación de su marido era ir con Javier, el hijo de ambos, por diferentes pueblos haciendo vídeos, la pasión de su progenitor, y ver lugares que no habían visitado nunca.

Así, esta madre ha descrito el trato que han recibido en los hospitales es como “el juego de la oca”: “Esto no me pertenece a mí, lo otro tampoco al otro, que si esto es protocolo, no puedo más”.

De esta forma, ha puesto varios ejemplos de los “retos” a los que han tenido que hacer frente. El 9 de noviembre de 2018 Salvador entra en quirófano para acabar con el tumor que tiene en el colon y tras pasar cinco días en el hospital el médico le manda para casa, ha afirmado Cristina, incidiendo que ella no estaba de acuerdo con el alta: “Había estado a base de suero, no le habían dado nada sólido y temía le diera una hemorragia”. Cristina ha dicho que “en la primera deposición tenía que hacer un sangrado y quería que la hiciera en el hospital, porque vivimos cerca de la venta el Túnel y es una zona bastante conflictiva por la lejanía”.

Ante ello, el médico les dice que “no tenía por qué pasar”, ha asegurado, añadiendo que “existía la posibilidad, pero aún así le dio el alta”. Ya en el domicilio familiar, Salvador se levanta de madrugada con fuertes dolores: “Mi marido se me muere encima de mí en un charco de sangre”.

Cristina llama al 112, la ambulancia lo trasladó al hospital y fue ingresado en la UCI por una hemorragia interna. Estando en el Hospital Regional Universitario “le dieron seis hemorragias, se quedó con la mitad de su sangre”, ha señalado. Permaneció nueve días ingresado.

“Estás allí y un día te ve un médico, otro día te ve otro, lo que ha puesto el primero te lo quita otro mañana, somos ratoncillos de indias”, ha reivindicado, agregando que “en el Carlos Haya lo que está funcionando bien dos semanas, cuando vas la tercera han cambiado el personal”.

En otra ocasión, antes de la operación, ha detallado que el 6 de noviembre tenían cita para el preoperatorio, tenían que realizarle una serie de pruebas: “Nada más entrar me dicen que la máquina para la radiografía de tórax está rota”, ha subrayado.

Ante ello, intenta hacerse la espirometría, prueba para medir la capacidad pulmonar, y “allí había muchísima gente, desde primera hora de la mañana la gente llevaba esperando sin que nadie les atendiese”, ha indicado. Asimismo, Cristina ha dicho que “me mandan de un sitio para otro, de oca a oca y tiro porque me toca. El enfermo ya no es que vaya enfermo, es que cae enfermo de lo que tiene que pasar”.

Cuando encuentra el departamento que tiene que solucionar el problema, allí le dicen que “la muchacha que hace la espirometría se le ha muerta la madre. Hay una cosa que se llama sustituto y una cosa que se llama teléfono para llamar a los pacientes y decir que no vayan”, ha reivindicado.

Finalmente, Cristina exigió que le hicieran a su marido y al resto de pacientes las pruebas, “porque sino a estas criaturas no las pueden operar pasado mañana, había personas que venía de Antequera o Ronda”, ha alegado.

“El problema es estarse quieto, he llegado a poner reclamaciones y las contestaciones son las mismas: sentimos lo ocurrido, esperemos que la próxima vez no vuelva a ocurrir”, ha advertido, matizando que “uno habla por lo que le ha tocado y dentro de eso me he encontrado personas que son profesionales de vocación”.

Tras la operación, en julio de 2019 los radiólogos “aconsejaron hacerle una mamografía ósea para ver unas manchitas”, ha informado Cristina, reclamando que “en marzo ya se visualizaban, pero el médico no le había hecho pruebas y es cuando nos enteramos que tenía metástasis en los huesos”.

Después de esto, el “médico le hace una nueva analítica, cuyos resultados tardan porque los realizan laboratorios exteriores, por lo que hasta que no llegaron los resultados no le volvieron a dar quimio”, ha resalto. “Mi marido está muy debilitado. Entre el tiempo que estuvimos esperando las pruebas, que estuvo bajo de defensas y que con las plaquetas bajas, pasó de dos quimios mensuales a ponerse la última dos meses después de la anterior”, ha lamentado esta mujer.

Así, ha sentenciado que “en esos dos meses el bichito dijo aquí estoy, eso va creciendo y se va propagando”.

Ahora ha sido derivado hace pocos días a cuidados paliativos en el Hospital Civil.

“Esta situación es una situación extrema, que no solo la estamos viviendo nosotros y estamos mirando a otro lado, con eso no se puede mirar a otro lado, porque es la vida de un ser humano”, ha recalcado, se trata de una “odisea de retrasos y desinformación. Claro que te da tiempo a morirte, claro que te da tiempo a que un cáncer vaya a más”, han concluido.

Fuente del vídeo: Javier Creador Digital a través de YouTube

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