Escrito en el metro

Detritus y la Cizaña

Pero entre la gente el cizañero además de tóxico arruina la convivencia, prestándose para ello de habilidades en la esfera de la mentira emotiva

Publicado: 29/01/2019 ·
13:36
· Actualizado: 29/01/2019 · 13:39
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Autor

Salvo Tierra

Salvo Tierra es profesor de la UMA donde imparte materias referidas al Medio Ambiente y la Ordenación Territorial

Escrito en el metro

Observaciones de la vida cotidiana en el metro, con la Naturaleza como referencia y su traslación a política, sociedad y economía

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Hasta en la Naturaleza se pueden interpretar los siete pecados capitales, aunque a diferencia de los de la humanidad estos  no se fundamentan en la generación del mal, sino en la competencia y la supervivencia. Podemos interpretar que por sus comportamientos o desarrollo haya plantas avariciosas, iracundas, soberbias o lujuriosas, pero en el fondo no son más que estrategias para una mayor eficacia o eficiencia. De entre todas ellas la que más ha servido para la construcción de parábolas sobre una maldad preconcebida ha sido la cizaña. Pobre cizaña, que culpa tiene de parecerse al trigo, crecer junto a él y poseer sustancias tóxicas que arruinaron cosechas a los pueblos a lo largo de la historia. Pero entre la gente el cizañero además de tóxico arruina la convivencia, prestándose para ello de habilidades en la esfera de la mentira emotiva, o posverdad como hoy la asumimos, con una distorsión deliberada de la realidad, y así alcanzan desde romper amistades o alianzas hasta ganar elecciones o referéndum. La cizaña se ha introducido en nuestro campo social y alimentado en nuestra cultura gracias en buena parte al uso indebido de las redes sociales y a los que se esconden, como los padres del Brexit, en el take control. Los cizañeros de hoy están obsesionados, para beneficio propio,por tomar el control de nuestras vidas, de nuestro pensamiento y de nuestro bienestar. Goscinny apodó como Detritus, en uno de las más divertidas y elocuentes entregas de Asterix, al cizañero que pretendía, y casi lo logra, acabar con la convivencia en la aldea gala. La sabiduría del venerable druida Panoramix les hizo entrar en razón refiriéndose a los confusos paisanos que le prestaron oído a sus mentiras, como unos cabeza de chorlito, unos despistados, pero hay que quererles, son humanos. Y así mediante el cariño acabaron en uno de sus tradicionales banquetes celebrando el fin de la cizaña. La parábola bíblica apunta la receta en el mismo sentido no triunfarán los cizañeros siempre que el mayor valor sea el triunfo de la tolerancia.

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