Hueste

Sin crisis, no hay desafíos

Era preferible mantener la agonía y la crisis de gobierno, en la que la corrupción se había instalado en el debate mediático y político?

Publicado: 13/06/2018 ·
21:16
· Actualizado: 13/06/2018 · 21:17
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  • Pedro Sánchez. -
Autor

Francisco Javier Paniagua

Francisco Javier Paniagua es profesor de Periodismo en la UMA. Experto en comunicación política y estrategias

Hueste

Análisis de la actualidad desde el punto de vista de las huestes, esas pandillas que comentan lo que pasa

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Cuando explico comunicación de crisis a mis estudiantes de comunicación corporativa, de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, siempre les digo que, en China, escribían la palabra crisis, con la suma de las grafías de otras dos palabras, peligro y oportunidad. Y, ese es el espíritu que intento imprimir en las clases. Que una crisis, puede ser una oportunidad. Que un acontecimiento inesperado puede acarrear una opción positiva.

Ya lo decía Albert Einstein, “sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde se aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia (…) Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla”

Traduzcamos estas palabras. ¿Era preferible mantener la agonía y la crisis de gobierno, en la que la corrupción se había instalado en el debate mediático y político? Pedro Sánchez no tenía otra opción. Tras el conocimiento de la sentencia del caso Gürtel, el PSOE no tenía otra opción que presentar una moción de censura. El PSOE y cualquier otra organización, podría haberlo hecho Ciudadanos. La pregunta es por qué lo hizo el PSOE y no la formación naranja, instalada en el estilo que los populares y Rajoy aplicaron en su estrategia de 2011, el “no equivocarnos y no hacer nada”, que los otros pierden, siempre según las encuestas.

Pero la velocidad de los acontecimientos políticos, y por tanto, de la agenda política en España, no es la de 2011. La actualidad cambia por días, casi a diario. Y la ciudadanía no espera soluciones del pasado. En un momento de tanto cambio, la gente quiere anticipación, visión a medio y largo plazo. ¿Era la solución un cambio de gobierno? El tiempo dirá. ¿Era mejor continuar con la dinámica en la que estábamos? Probablemente, no.

Ahora, una vez cambiado el rumbo, aunque parezca, o quieran hacer que parezca una crisis para muchos, toca asumir ese desafío. Y toca contagiar de entusiasmo. Ahora debe salir lo mejor de cada una de las personas que formarán el nuevo gobierno. Por el bien de todos. Y toca que salga lo mejor también de los demás grupos, incluida la oposición.

 

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