En el año 1947 fallecía el escultor Mariano Benlliure y Gil, considerado como el último gran maestro del naturalismo. De su extensa y dilatada obra tanto civil como religiosa, tiene Málaga tres grandes ejemplos convertidos, por distintos motivos, en tres grandes iconos de la ciudad. El primero de ellos, por orden cronológico en llegar a la ciudad, fue el conjunto monumento dedicado al II Marqués de Larios, título de Don Manuel Domingo Larios. Una Málaga agradecida por la inversión realizada en saneamiento en el entorno de la que hoy es su mítica calle decidió, sólo dos semanas después de su fallecimiento, ocurrido en el año 1895, que tenía que hacerle un reconocimiento a su figura. Una comisión municipal puso la maquinaria en marcha convocando un concurso entre artistas españoles, que finalmente se llevaría un Benlliure más que consagrado, afamado y que había conseguido varias medallas en exposiciones internaciones. Se iniciaba también en esos días una suscripción pública, encabezada por el propio Consistorio para sufragar los gastos de la estatua.
Fue un proyecto éste que terminaría por ver la luz en el año 1899 y que realzaba, con el cielo de Málaga de fondo, el matiz costumbrista de la figura de bronce del Marqués, descubierto, chistera en mano, que se eleva sobre una peana, escoltado por otras dos figuras también firmadas por el levantino y de gran interés artístico. Por un lado, aparece la alegoría del trabajo, realizada también en bronce e inspirado en el cuerpo del torero Mazzantini. Una obra que ocupó el lugar del Marqués cuando en tiempos de república éste fue tirado al fondo del mar. En el otro flanco, una Málaga agradecida, encarnada en una madre ofreciendo a su hijo y facturada en mármol de Carrara, el mismo material con el que se construyó el resto del conjunto, a excepción, como se indicaba, de las figuras masculinas.
Esta estatua es un tótem que con el paso de los años ha ido variando su ubicación exacta, hasta el punto que la futura remodelación de la Alameda Principal planteada recientemente por el Ayuntamiento puede volver a afectarle. Desde la Fundación Mariano Benlliure, consideran, que de aprobarse su nuevo desplazamiento y emplazamiento sería la ocasión pare recuperar el basamento original eliminado para la construcción de la bocana de acceso al aparcamiento público sobre el que está colocado junto a la salida de humos, así como también proceder a la limpieza de los efectos de la polución y la colocación de una valla disuasoria a su alrededor para frenar los actos vandálicos.
En el plano religioso, las imágenes del Santísimo Cristo de la Expiración y el Nazareno del Paso son sus aportaciones para Málaga: ambas imágenes llegadas en el años 1940, muy rupturistas entre el predominante barroco cofrade y también entre el ‘neobarroco’ por el que se apostó fuertemente para reponer aquellas imágenes que se perdieron en los diversos conflictos de los años. Ambas se caracterizan, entre otros aspectos, por su ausencia de sangre y por ser concebidas para que en su puesta en escena no hubiera ningún atributo barroco: no hay potencias y se presentaron con maderos lisos. En el caso concreto del titular de la Esperanza, que además fue elegido entre dos bustos por no llevar corona de espinas, se idealiza con túnica sin bordar. Para visitar estas tres obras solo hay que pasear por el Centro Histórico. En el caso del Marqués se encuentra en la confluencia entre la Alameda Principal y plaza de la Marina;el Cristo de la Expiración en la Iglesia de San Pedro, y el Nazareno del Paso recibe culto en la basílica del Paso y la Esperanza.
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