El Ayuntamiento de Málaga ha tumbado la prolongación del metro en superficie hasta el Hospital Civil con un informe en el que aseguran que el proyecto de tranvía, que rechazan muchos de los vecinos y comerciantes de Bailén-Miraflores, “no se adecua al planeamiento urbanístico”, “se hizo deprisa y sin contar con Ayuntamiento y vecinos”. En el escrito inciden en que la opción soterrada es la más idónea para la movilidad y tráfico de la zona de Eugenio Gross y Blas de Lezo.
Para el edil del ramo, Francisco Pomares, el Consistorio “no puede aceptar un mal proyecto solo por temas económicos”. Un guante o, más bien, guantazo que este viernes ha recogido la Junta que lo ha valorado como un acto de “mala fe” y “deslealtad institucional”.
Ahora, el Gobierno andaluz convocará de forma urgente un consejo de administración del Metro y ya estudia las consecuencias jurídicas y patrimoniales que puede acarrear que el equipo de Gobierno frene el tranvía hasta el Civil.
Aunque Ruiz Espejo no quiere hablar de bloqueo en las actuales obras del metro, se estudia qué efectos puede tener en los planes del suburbano en la capital, que avanza hacia el centro en la línea Guadalmedina-Atarazanas.
Un escenario nuevo que la Junta no esperaba que da buena muestra de las tensiones en ambas administraciones. Aunque tras conocerse el demoledor informe, el regidor popular Francisco de la Torre ha querido quitar hierro al asunto. “Que nadie se alarme ni se preocupe, hay soluciones”, dijo el alcalde.
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