Los arqueólogos de la empresa Taller de Investigaciones Arqueológicas han localizado adosada a la muralla islámica medieval (siglos XIII-XIV) parte de una torre perteneciente a ese perímetro de cierre de la zona norte que defendía la medina.
Según indica la arqueóloga Ana Espinar, no se tenía constancia de este vestigio defensivo de cal y canto reforzado con ladrillo. Parece ser que esa esquina reforzada correspondería a una reparación posterior, ya de época moderna.
En esta intervención, coordinada por el departamento de arqueología de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento, ha aflorado concretamente un tramo de dos metros de ancho de la muralla nazarí, en “buen estado de conservación”, aunque afectada por las canalizaciones que se colocaron a mediados del siglo XX.
Y es que esta excavación ha sacado a la luz toda la infraestructura defensiva de la Málaga islámica. Así, los arqueólogos también han hallado vestigios de la denominada barbacana o antemuralla de tapial con cajones de tierra prensada y reforzada en la cara exterior por mampuestos.
Entre la barbacana y la muralla se ha descubierto el llamado Paso de Ronda, por donde transitaban los soldados.
A finales del siglo XVIII, el foso de la muralla se cubrió y se construyó un colector para canalizar las aguas residuales y fluviales de la capital, porque se permitió por aquel entonces adosar las viviendas a la muralla. En estos trabajos arqueológicos también han encontrado un tramo de este colector que rodea Málaga. Está compuesto por una bóveda de ladrillo y mortero de cal y arena, una obra de ingeniería hidráulica bien construida que sigue todavía en funcionamiento.
Los vestigios han sido protegidos de forma adecuada con geotextil y grava.
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