Pequeños olvidos que se convierten cada vez en más frecuentes, no recordar dónde dejamos algo o repetir varias veces una misma frase en la conversación sin percatarse. Son algunos de los síntomas del temido Alzheimer. Una enfermedad para la que no hay cura pero sí tratamientos que intentan que avance más lentamente. Una vez que está diagnosticada, ya es tarde. De ahí, que una de las principales líneas de investigación se centre en descubrir marcadores tempranos de la enfermedad.
La investigación al respecto persigue adelantar al Alzheimer, incluso para planear sin temor tener descendencia. Prácticas pioneras que ya se aplican en otros países, como nos cuenta el director científico de la Fundación CIEN y de CIberned, Jesús Ávila.
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