Se ha convertido en un enorme edificio únicamente anclado al pasado. Prueba de ello, la placa que recientemente inauguraron las autoridadescomo punto de la memoria histórica en la ciudad. Pero la antigua prisión provincial de Málaga es en la actualidad allí hasta donde los ojos pueden atisbar un vertedero para los malagueños más incívicos y un refugio para una colonia de gatos callejeros. Convertir la vieja cárcel en algo más se ha convertido en demanda histórica para Cruz de Humilladero.
La oposición lleva años reclamando un nuevo rumbo para el obsoleto equipamiento. El Ayuntamiento se plantea ahora darle un nuevo uso al espacio, que decidirán los propios vecinos, según avanzaron a través de mesas de trabajos. En Ondaluz Málaga hemos salido a la calle a conocer qué quieren los vecinos para este espacio.
Este mismo jueves hemos comprobado cómo una cuadrilla trabaja limpiando el interior, lleno de colchones donde se han refugiado de las inclemencias gente sin techo. Parece que en breve se empezará a hablar del futuro de la prisión.
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