Un jurado popular ha declarado culpable de un delito de homicidio al hombre acusado de matar a una mujer de 31 años, con la que estaba en su casa de la localidad malagueña de Fuengirola en la madrugada del 1 de enero de 2012, tras haber discutido ambos por el paradero de un dinero del procesado.
Según han informado fuentes judiciales, el Tribunal popular ha declarado por unanimidad al acusado culpable de dicho delito, no aceptando la tesis de la defensa de que se trató de un delito de lesiones en concurso con el de omisión del deber de socorro. Además, el jurado se ha mostrado en contra de que se le conceda el indulto.
Tras el veredicto, la Fiscalía mantuvo la petición para que se condenara al acusado en la sentencia que ahora se tendrá que dictar a 13 años de prisión y la acusación particular solicitó 15 años de cárcel; mientras que la defensa instó a que se le impusiera la pena mínima.
Los hechos sucedieron en la madrugada del 1 de enero de 2012. Según la acusación pública, "por motivos del paradero de un dinero", comenzó una pelea entre ambos en la que el hombre "propinó varios golpes en la cabeza con una botella de vidrio", lo que hizo a la víctima caer al suelo.
Cuando la mujer quiso levantarse, el acusado "la cogió del pañuelo que ella llevaba anudado al cuello, empujándola fuertemente contra el suelo", sostuvo la Fiscalía, apuntando que al quedar la mujer inmóvil el procesado "la envolvió completamente, salvo los pies, con unos plásticos atados con cables, lo que causó la muerte por asfixia.
El acusado se declaró inocente al comienzo del juicio y declaró ante el Tribunal popular que no tenía intención de acabar con la vida de la mujer, sino que todo se desencadenó "tras un forcejeo, a consecuencia de que yo le pidiera explicaciones por el dinero que me había quitado".
Explicó que coincidieron esa noche en la calle y la mujer le dijo que no tenía con quien cenar, por lo que la invitó. Allí, cuando él volvía de comprar un mechero, vio que ella lanzó algo a otra persona que estaba oculta en la calle y se dio cuenta de que los cajones estaban abiertos y el dinero no estaba en su cartera.
Tras esto se produjo una discusión y la mujer le persiguió y le agredió, por lo que "intenté defenderme", dijo en la vista oral, de forma que en un momento dado le dio un par de golpes con una botella en la cabeza y se fue de la casa. Cuando volvió, se durmió y cuando despertó se dio cuenta de que estaba muerta, la envolvió con plásticos y unos cables y dejó el cuerpo debajo de un puente.