Málaga

Cachimbas y vapeadores: la puerta de entrada al tabaquismo en la adolescencia

Las nuevas formas de consumo de tabaco no pueden considerarse como “un mal menor” frente al tradicional

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  • La doctora Esperanza Doña. -

La doctora Esperanza Doña, neumóloga del Hospital Regional y experta en nuevas formas de consumo de tabaco, ha llamado la atención sobre las nuevas formas de consumo de esta sustancia tóxica y adictiva, y sobre todo, de la normalización entre el colectivo de estudiantes de secundaria.

Doña, responsable del curso ‘Nuevas formas de consumo de tabaco’, impartido en el Colegio de Medicos de Málaga (Commálaga), ha puesto el acento en dar a conocer la epidemiología de las nuevas formas de consumo de tabaco y sus derivados y sus consecuencias para la salud teniendo en cuenta además su prevalencia en ascenso a edades muy tempranas.

En declaraciones a Viva Málaga ha destacado dos cuestiones rechazables: que se añadan sabores atractivos a los cigarrillos electrónicos o al tabaco de cachimba y lo que se conoce como el ‘mal menor’, que defiende que no se fuma tabaco en su forma convencional al acudir a las nuevas formas, como el vapeo.

Si hasta ahora estábamos acostumbrados al tabaquismo tradicional, no dejan de surgir nuevas formas como los cigarrillos electrónico o vapeadores, las pipas de agua o cachimbas, los cigarros sin combustión y, en España menos, pero también el tabaco de mascar

El principal problema, a juicio de la doctora Doña es que “se concibe como sistemas inocuos o que no dañan, la salud”, lo que se conoce como la estragia del ‘mal menor’, pero que es importante cuando afecta en gran medida a en jóvenes estudiantes de secundaria, donde uno de cada dos prueba el electrónico y casi el 70% ha probado la pipa de agua.

Así, no es un “mal menor no fumar cigarros, porque fumas, y esto es una falsa creencia que no demuestra ninguna evidencia científica para dejar de fumar”. Y es que el 60 o 70% de los que usan vapeadores para dejarlo recaen o simultanean las dos cosas”.

“No es cierto que ayude a dejar de fumar”, añade con rotundidad, y “hay otros tratamientos efectivos para dejar de fumar que están financiados pero recurrimos a un dispositivo que no ha demostrado nada”.

Es decir, se han convertido, según Doña, en vías de inicio en el consumo de tabaco, pero, advierte, “tienen sustancias toxicas, potencialmente cancerígenas, empeoran enfermedades respiratorias y aumentan el riesgo cardiovascular”.

En el caso de los vapeadores es que si bien, se conoce el líquido que tiene, este, no te lo bebes, pero si se inhala al calentarlo y ahí “desconocemos en muchos casos las sustancias que tiene y muchas de las que conocemos son dañinas”. Además, ante esto, considera que faltan estudios a largo plazo.

Pero además, “se venden como algo inocuo para y son atractivos para gente joven con los sabores y olores que le ponen”, porque recuerda que “un cigarro convencional está malo pero un vapeador con sabores exóticos es más agradable”.

También pasa con las cachimbas o pipas de agua con aromas de fruta, de melaza de manzana, sustancias aromáticas que no pueden hacer olvidar que “llevan tabaco”. En cualquier caso, el hecho de que esto sea más agradable y atractivo, hace que se extienda, pero, según esta experta, “a largo plazo hace que se entre en el hábito del tabaquismo”.

En cualquier caso, destaca que aunque las pipas de agua parecen inocuas “tienen adictivos y sustancias que las hace atractivas por el aroma que lleva”; y además, “se mueve mucho más humo” que en el caso del tabaco convencional con otro agravante: “Se consume en cerrado y el ambiente es muy denso, perjudicando al fumador pasivo por los tóxicos en su contenido”.

Una batalla es pues, regular, como en el caso de los cigarrillos sin combustión, y que no se pueda modificar el olor o el sabor, ya que actualmente “hay un gran  vacío en los electrónicos, en las pipas de agua y en el cigarrillo electrónico de un  solo el uso”.

Como dato para tener en cuenta, que a la mayoría de escolares en secundaria, cuando se hacen encuestas sobre si fuman, “dicen que no el 80% de los chicos y el 78% de las chicas”, pero después se les pregunta que si consumen cachimbas y aquí, “más del 77 por ciento la han probado y no lo conciben como forma de fumar”.

Y como solución, acudir como siempre a la prevención y la formación en las edades tempranas.

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