“Solo se da cuenta uno del duelo tan profundo que tienen que afrontar, cuando se tiene contacto con ellos”. Este lunes el
Hospital Materno ha organizado las I Jornadas de Acompañamiento al Duelo Neonatal, donde profesionales como Ernesto González Mesa, ginecólogo, han dado visibilidad a un tema que
sigue siendo un tabú.
La mortalidad perinatal,
muerte que se produce desde la semana 22 de gestación hasta los 28 días después del nacimiento, ha bajado “muchísimo”. En el año 1975 era de un 25 por ciento por cada 1.000 nacimientos, mientras que hoy en día
la mortalidad ha disminuido a un cuatro por ciento de cada 1.000, ha detallado el especialista.
Sin embargo, en el
80 por ciento de los casos no se conoce por qué el bebé ha fallecido: “La causa más común que provoca la muerte del bebé es desconocida, por mucho que nosotros ponemos interés en hacer estudios etimológicos, casi en el 80 por ciento de la ocasiones
no encontramos la causa inequívoca que pueda justificar la muerte del bebé”. El doctor González ha explicado que suele estar “relacionado” con la
prematuridad, infecciones o muchos problemas funiculares.
Desde el centro hospitalario hay un “interés creciente” por “profundizar” en nuevos estudios y por “acompañar” a las familias en el duelo. La pérdida de un hijo “no va a ser una experiencia positiva, pero tenemos que intentar facilitarlo y que
se desarrollen todos los mecanismo psicológicos”, porque, ha advertido, un duelo “
no desarrollado de forma adecuada va a generar secuelas indelebles en la salud mental y en la vida de la mujer, la pareja y la familia”.
“Cuando hay un caso es como si hubiera un huracán, todo el mundo se ve implicado”, ha descrito Rocío Gredamo, matrona del Materno, por lo que desde el hospital trabajan en mejorar el actual protocolo y seguir
formando al personal para darles herramientas con las que ayudar. La “paciencia”, la “escucha activa” y “que no estén solos” es lo primordial.
Durante el acompañamiento
informan a los progenitores y les aconsejan. Por ejemplo, se recomienda que “s
e trate al bebé como si estuviera vivo, cogerlo, hacer piel con piel, besarlo y hacerle fotos, porque
luego eso van a ser tesoros” para las madres y padres: “Sabemos que
crear recuerdos va a ser esencial, porque de ahí va a partir un duelo más sano”.
Dentro del protocolo
se ofrece a las familias una caja de recuerdos, que incluye un tríptico informativo, un certificado de nacimiento falso con los datos del bebé como su nombre, una huella del pie, unas palabras de apoyo de los trabajadores del hospital y una mariposa de origami.