El exmarido de Lucía Garrido, acusado en relación con el asesinato de la mujer, hallada en la piscina de su finca de Alhaurín de la Torre en 2008, ha negado este martes ante el jurado popular que amenazara o presionara a la víctima, así como su colaboración para llevar a cabo el crimen, asegurando que no sabe por qué la mataron.
El juicio, que comenzó este pasado lunes, ha continuado con la declaración de los dos acusados. El fiscal y las acusaciones particulares, en representación de la familia de la víctima, piden 25 años de prisión para el exmarido por un delito de asesinato como cooperador necesario y 23 años y medio para el otro procesado por el mismo delito como supuesto autor. Las defensas piden la absolución.
"Amenazarla y presionarla en ningún momento y ningún testigo puede decir que lo haya visto", ha respondido el exmarido a preguntas del fiscal sobre si quería que dejara la vivienda para continuar con las actividades de supuesto tráfico ilícito de animales exóticos y almacenaje de droga, uno de los supuestos móviles del crimen para las acusaciones.
Al ser preguntado por si era verdad que Lucía pasó un momento de necesidad económica tras la separación y tuvo un deterioro psíquico y físico, el procesado lo ha negado. "Que ella quisiera hacerse la mártir es otra cosa, pero eso no es verdad", ha declarado, asegurando que no le faltaba nada "y menos a mi hija".
Este acusado ha asegurado que no conocía en 2008 al otro procesado y ha aludido a una supuesta colaboración suya años más tarde con agentes de la Guardia Civil para esclarecer la muerte de Lucía, asegurando que cuando detuvieron en 2016 a ciertas personas "Asuntos Internos se presentó en mi casa y lo estuvimos celebrando". Luego, le dijeron que acudiera a un cuartel a declarar.
Las acusaciones le han preguntado por su condena por tráfico de drogas en una causa en la que también fueron condenados guardias civiles y por el asalto que sufrió en su casa por parte de dos colombianos un año después del asesinato de su exmujer, caso aún por juzgar y en el que no está acusado por considerarse que los mató en legítima defensa.
Al respecto, el acusado ha dicho que quizás le quisieron matar "por lo que estaba descubriendo en el caso de Lucía", aunque también ha apuntado que "es muy fácil matar a alguien, sobre todo si se dice que yo tenía droga". No obstante, ha asegurado que antes del asesinato de su expareja no tenía relaciones con el tráfico de estupefacientes.
El otro procesado como supuesto autor material ha declarado que el día de los hechos se examinó del carné de conducir y luego fue al cumpleaños de su madre, por lo que ha negado su participación en el asesinato. Ha dicho que no se ha podido localizar al profesor que fue al examen y que no tiene fotos del cumpleaños porque "Asuntos Internos dice que ha perdido su teléfono".
Ha coincidido con el anterior en que no se conocían y ha negado que sea suyo el ADN hallado en una llave encontraba en el lugar de los hechos con la que los supuestos autores habrían entrado ese día y que ha sido objeto de varios análisis a lo largo de la investigación del caso.
Su defensa ha señalado que demostrará que no son reales ni esa prueba de ADN ni lo declarado por un testigo protegido, del que ha dicho que no habló de este caso "hasta que le convino" para obtener beneficios ocho años después.
Está previsto que este miércoles declaren varios agentes de Asuntos Internos de la Guardia Civil, entre ellos los instructores, así como familiares de la víctima, incluida la hija de esta y el acusado.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es