La Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía ha puesto en marcha una campaña para prevenir el estrés térmico por altas temperaturas, una iniciativa que “hace especial hincapié en el riesgo que corren los trabajadores de aquellos sectores más expuestos al calor”. Así ha informado esta mañana la delegada territorial de Empleo en Málaga, Carmen Sánchez Sierra, durante la celebración de la jornada ‘Riesgos derivados del estrés térmico y medidas preventivas por golpes de calor’, que ha reunido a un centenar de expertos en prevención, responsables de recursos humanos de empresas de la provincia y delegados sindicales en el Centro de Prevención de Riesgos Laborales de Málaga.
Según ha recordado la delegada territorial, “la capacidad de adaptación del cuerpo humano en periodos de altas temperaturas es alta, si bien estos mecanismos fisiológicos tienen sus límites a partir de los cuales se pone en riesgo la salud de los trabajadores, sobre todo si convergen otros factores agravantes como son los trabajos en el exterior o las tareas pesadas”. Sánchez Sierra ha hecho referencia a los empleados de sectores como la construcción y la agricultura, pero también los de la hostelería, cuyos trabajadores corren el riesgo de sufrir algún golpe de calor si su actividad se desarrolla fuera de los establecimientos o en cocinas sin buen sistema de ventilación”.
La campaña, que ya ha comenzado a difundirse a través de redes sociales, pone el énfasis en las causas del estrés térmico, en los síntomas y en las medidas preventivas, “información que se ha comenzado a trasladar a las empresas en jornadas como esta, en las que queremos incidir en la importancia de realizar una adecuada evaluación de los riesgos” que tenga en cuenta las condiciones personales de cada trabajador expuesto y la necesidad de realizar una organización adecuada de las tareas para reducir la exposición al calor.
En este sentido, la delegada ha recordado que la actual normativa laboral ya obliga a los empresarios a garantizar la salud y la seguridad laboral de sus empleados, incluida la protección ante el calor extremo. Entre otros aspectos, la norma contempla la reducción o modificación de la jornada en situación de riesgo amarillo o naranja por altas temperaturas.
“Consejos que pueden resultar obvios en estos casos como el de utilizar prendas finas, evitar la exposición al sol en las horas de mayor riesgo, mantenerse hidratados o no consumir bebidas alcohólicas pueden evitar situaciones peligrosas e indeseables y, por tanto, consecuencias para la salud del trabajador como dolores de cabeza, vértigos, deshidratación, cortes de digestión o golpes de calor que pueden desencadenar en algo peor”, ha subrayado Sánchez Sierra, quien ha recordado que “los veranos cada vez más largos han influido en el aumento de las olas de calor, por lo que el mercado laboral también debe adaptarse a este hecho”.
Además de recordar los síntomas provocados por estrés térmico, y los factores ambientales que influyen, los expertos han puesto sobre la mesa las principales recomendaciones para prevenir los riesgos, como aumentar las pausas y descansos, habilitar para la plantilla expuesta zonas de sombra, proveerle de agua fresca, facilitar ropa de trabajo transpirable y adaptar las funciones a las condiciones meteorológicas durante el periodo de altas temperaturas.
Al mismo tiempo, los especialistas han recordado que, además de las medidas preventivas que debe adoptar el empresario, los trabajadores también deben actuar con responsabilidad, comprobando si se han dispuesto los medios necesarios para acometer las tareas encomendadas en situaciones de calor extremo, si saben utilizarlos correctamente, si son los adecuados y aplicando las directrices recibidas para estos casos.
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