El arte de Pablo Picasso puede convertirse en una herramienta más de la terapia de las enfermedades mentales, como han comprobado una decena de pacientes que muestran desde este viernes sus creaciones en las instalaciones anexas a la sala de exposiciones de la plaza de la Merced.
"Es una manera, por un lado, de integrar a sectores de la población que están muy alejados de este ambiente de museos que se está creando en la ciudad, y por otro lado se incluye dentro de las posibilidades terapéuticas que tenemos dentro del trastorno mental grave", ha explicado a EFE Antonio Bordallo, jefe de la Unidad de Salud Mental del Hospital Regional de Málaga.
Los participantes, que sufren enfermedades mentales graves como psicosis o trastorno bipolar, han visitado museos de la ciudad como la Casa Natal de Picasso, donde han realizado talleres y actividades de formación y de creación.
"Hay una cuestión más terapéutica, en la que la realización de obras artísticas puede servir al paciente como ayuda en su proceso de recuperación", apunta Bordallo, que asegura que se han observado "muchos avances" en las personas que han participado.
Añade que "este tipo de actividad tiene un nivel de evidencia importante en la recuperación del trastorno mental grave", y a ello se suma "lo que significa de integración en el tejido cultural que está prosperando" en la ciudad.
Los especialistas que dirigen el proyecto de arteterapia 'Picasso. Ventana abierta' constatan los efectos en unos pacientes que, "por un lado, tienen una sensibilidad especial para el arte, porque a veces hay una asociación entre estas patologías y el arte, y por otro lado se sienten integrados en la sociedad".
Una de las participantes es Ángeles, que asegura a EFE que ha vivido "una experiencia única y estupenda" junto a "compañeros maravillosos" y siente que ha "mejorado bastante" en su tratamiento, por lo que se confiesa "dispuesta a repetir".
Ángeles participa en la exposición, aunque no con una obra inspirada en Picasso, sino en Salvador Dalí, y explica que se decidió a ello después de visitar junto a una amiga el museo del pintor ampurdanés en Figueras.
Durante quince sesiones de trabajo, que se iniciaron el pasado octubre, los participantes han reflexionado acerca de la identidad, la apariencia, la relación con los otros, los distintos entornos, a través de la música, del arte, de sus técnicas y materiales, de forma accesible y conectando los nuevos aprendizajes con la experiencia personal.
Las sesiones se han abordado como un diario a modo de cuaderno de artista, que ha recogido las reflexiones y vivencias de sus participantes, posteriormente materializadas en las obras que componen la muestra.
El programa tiene al artista malagueño como hilo conductor, y analiza el entorno donde nació y creció, sus circunstancias personales, y cómo todo ello se visualiza y plasma en sus bocetos y obras.
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