El fútbol modesto tiene su encanto porque solo tiene lo necesario, sin aditivos. La belleza de lo cotidiano. Publicidad de Desguaces Tafalla, césped con topos y embarrado en el área pequeña, el bar ‘El Txoko’ y la grada se funden y ahí yacían abrigados los varios miles de aficionados navarros que se acercaron al San Francisco. Detrás de las porterías, grupos de chavales soplando en el cogote de Dani Barrio, esta vez titular, que cerró su portería casi sin despeinarse. Dos tiros a puerta de la Peña Sport fue lo único que recibió. Una parada en 90 minutos. Mejor eso que nada.
Como se suponía, el Málaga tiró de rotaciones y Haitam, Jairo, Ismael Casas e Ismael Gutiérrez, Cufré, Lombán o Calero, todos ellos poco habituales este año, salieron de inicio. Nivel en el campo suficiente para no hacer sufrir a los aficionados malaguistas que, sin esperarlo pero con el cuerpo acostumbrado a sorpresas, vieron este partido por la plataforma de pago Footers.
Haitam y Paulino probaron desde fuera del área al guardameta navarro antes de la media hora, mientras el partido era sin rodeos, al contraataque, sin pausa. En el Málaga era un día clave para sus jugadores menos habituales, obligados a dar un paso al frente y ganarse el puesto. Jairo Samperio, en tercer plano esta temporada, era uno de ellos. Su titularidad pintaba a órdago de José Alberto López, y el extremo respondió con dos buenas asistencias. La primera, un centro desde la izquierda que acabó en rematazo de cabeza de Paulino (0-1, minuto 32). La ocasiones las monopolizó el Málaga, que con el balón parado rozaron el segundo gol con un gran golpeo de Brian Cufré. Haitam perdonó dentro del área, Roberto se durmió antes de finalizar con tiempo para un café y Jairo se inventó un penalti al borde del descanso. Lombán engañó a Mendioroz y empezó a encarrilar el partido (0-2, minuto 46).
Segunda parte de rotaciones y un debut
Peybernes, Javi Jiménez y Antoñín entraron por Lombán, Cufré y Paulino en la segunda parte, donde el conjunto de Tafalla despertó y comenzó a acercarse al área de Dani Barrio. José Alberto hizo debutar al canterano Dani Lorenzo, que en el tercer tanto malaguista lanzó a Jairo un centro orientado exquisito. El cntrol de Jairo, de primer nivel, lo dejó propio en línea de fondo para regalar el gol a Roberto, que marcó su tercer gol esta temporada (0-3, minuto 75).
Con el partido sentenciado , a la Peña Sport solo le quedó disfrutar de la velada histórica yendo a por el gol del honor que no llegó. Hubo invasión de campo, intercambio de camisetas y una espina sacada: eso de ganar fuera de casa, que tan raro suena por la Costa del Sol.
Aunque siendo ambiciosos muchos dirán que este 0-3 no convalida por ser en la primera ronda de Copa del Rey y no en liga. Que era obligación absoluta ante un Segunda RFEF con jugadores que cobran menos de 500 euros al mes. Ante un equipo que tiene a Uxua Zabalza, presidenta y peluquera y viceversa, al frente de un club con 450.000 euros de presupuesto.
Pero la Copa es siempre un camino que empieza desde abajo, y el Málaga cumplió, se despojó de esa ansiedad de no ganar a domicilio y vio que algunos jugadores, como Jairo, se unen a la causa. Lo próximo, el Amorebieta el domingo, en casa: donde todo sale bien.
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