Ni en manos, cabeza y tampoco en el cuello. Una nueva normativa obligará a los guardias civiles a borrarse los tatuajes que tengan en estas zonas. “Retrógrado y absurdo”, así lo ha calificado Francisco González, miembro del Asociación Unificada de Guardias Civiles en Málaga.
Esas intervenciones, aparte de ser costosas, tienen un riesgoEl proyecto del Real Decreto que regula la nueva uniformidad de la Benemérita está en fase de consulta, pero una vez que se apruebe afectará a más de 600 agentes en la provincia de Málaga, de los 2.000 que están en servicio.
Desde la AUGC no entienden este paso atrás. A día de hoy los tatuajes no están prohibidos, solo aquellos contrarios a los valores constitucionales, obscenos, ofensivos o que inciten al odio y a la violencia, entre otros.
“A toro pasado, no van a hacer que me haga una técnica invasiva de láser”, ha criticado González, recalcando que el borrador supone una “intromisión a la salud” de los agentes: “Esas intervenciones, aparte de ser costosas, tienen un riesgo. Pueden causar afecciones cutáneas e infecciones”.
Pero es que además, los guardias civiles tendrán que correr con los gastos de la eliminación del tatuaje. Una sesión cuesta de media unos 300 euros, por lo que borrar uno de tamaño medio podría costar entre 400 y 4.000 euros.
Desde la AUGC piden que los agentes sean valorados por su trabajo, “los tiempos han cambiado y los tatuajes ya no se relacionan con el mundo criminal como antaño”, ha reivindico González.
La última modificación sí permitirá los tatuajes visibles o parcialmente visibles en brazos y piernas, siempre que no reflejen los motivos expresamente prohibidos.
Los agentes afectados tendrán un margen de un año para eliminárselos.
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