Málaga

Cuando las redes deciden dónde vamos a cenar esta noche

Con miles de seguidores en Instagram, los influencers gastronómicos muestran imágenes muy cuidadas de las joyas del buen comer en Málaga y su provincia

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  • La bloguera Inma Arroyo. -
  • Es una profesión para Hanni Martini, que tiene una empresa de experiencias gastronómicas para turistas, y Pepa Cartini, que es copywriter
  • Coinciden en destacar la variedad de oferta y la calidad de la materia prima

El plato llega a la mesa, sacamos el móvil, foto, y a comer. Esta es la secuencia que se repite en restaurantes de todo el mundo desde la llegada de las redes sociales a nuestra vida. Hay quien guarda esas fotos en la galería, pero la mayoría las sube a su perfil y las muestra a sus seguidores. En ese grupo están Inma, Curro, Carolina, Héctor, Elena, Luisa Gabriela, Hanni y Pepa, influencers gastronómicos de Málaga que con sus publicaciones nos ayudan a elegir cada vez que queremos comer fuera y no nos decidimos.

Como afición

Curro Fernández y Carolina Fernández son pareja. Él es periodista y ella, profesora, y están detrás de @cenadosblog (1.558 seguidores). Desde verano de 2015 descubren a su público, primero a través de un blog, y ahora a través de Instagram, nuevos restaurantes, sus platos favoritos y también recetas. “Lo mejor de la cocina malagueña es la calidad en los productos propios. Siempre hablamos del pescado, pero olvidamos la cocina de interior: el chivo de Canillas, los quesos, la cabra malagueña en Casabermeja… Todo es de una calidad brutal”, afirman. También han viajado muchísimo y se decantan por la cocina tailandesa y la italiana. Sin embargo, sobre la cocina malagueña lo tienen claro: "A riesgo de que nos maten, nos cargaríamos el campero. Es icónico, pero el resto de platos están en otra liga", reconocen.

Inma Arroyo (@inma__arroyo) se dedica profesionalmente al mundo de las redes sociales y comenzó su andadura recomendando restaurantes (actualmente tiene 8.987 seguidores) tras trabajar en el sector de la organización de eventos. Enamorada de Pedregalejo, está de acuerdo en que la calidad es lo mejor de la gastronomía de nuestra provincia. “Y, fundamental, la pasión: el amor al cultivar los productos en el campo, la creatividad al pasar por los fogones, el detallismo al presentar el plato… Málaga es gastronomía. ¿Lo peor? Como diría Paulo Coelho, “El peor de los sufrimientos es no saber qué decisión tomar” (o qué plato pedir, en este caso)”, dice. Resalta el "talento malagueño" y reconoce que "más que de sitios, soy de ocasiones (y de las personas que acompañan esas ocasiones). Desde Los Montes de Málaga (no hay nada como un buen plato de los montes los domingos después de hacer una ruta), hasta la Axarquía (quién le dice que no a esos mangos y a esos aguacates), pasando por la Costa del Sol Occidental (ay, unos espetos, una caña bien fría, el mar…). Haciendo parada obligatoria en Pedregalejo, mi barrio, que es donde atardece más bonito", explica.

En el mundo de la comunicación también está Luisa Gabriela Kendall, que trabaja en el departamento de marketing de un hotel. Con su cuenta @dutyfood llega a casi 7.000 personas a las que enseña, con cuidadas fotografías, las bondades de la cocina malagueña y también, por qué no, la de otros puntos de nuestro país. “Normalmente investigo mucho sobre un sitio antes de visitarlo, pocas veces lo he hecho de forma impulsiva. Cuando voy a algún restaurante o bar quiero disfrutar de la experiencia al máximo, pasar un rato agradable y que verdaderamente la comida hable por sí sola (el servicio también juega un papel fundamental para mí). Por ello, siempre estoy pendiente a las redes, leo reseñas (aunque esto es muy relativo) y miro muchas imágenes para hacerme una idea de que me espera en cada lugar”, explica a Viva Málaga. Pasear por su perfil es parecido a vivir el síndrome de Stendhal en el plano culinario. Desayunos, carnes, pescados, ensaladas... de todo, aunque los amantes del dulce echarán en falta platos de su gusto. "Aunque definitivamente soy más salado, no niego que un buen dulce también me pierde. Sí es verdad que creo que el tema de los postres es una asignatura pendiente aquí en Málaga. Cada vez hay mejores dulces pero todavía muy poca variedad y hay lugares que tienen muy buen nivel en general pero decepcionan con el postre, por lo que tiendo más a pedir platos salados", finaliza.

Héctor Medina y Elena Mata, o lo que es lo mismo, Malagueño y Sibarita (@mysibarita, con 4.804 followers) están donde les pongan una buena ensaladilla rusa por delante. Él es letrado de la Administración de Justicia y ella es profesora de Secundaria y Bachillerato, y en pareja nos recomiendan los mejores lugares para comer desde finales de 2015. ¿Somos sibaritas en Málaga? “En los últimos cinco o diez años, el malagueño se ha vuelto bastante sibarita y exigente, pero ser sibarita no implica perder de vista nuestras raíces y sabores, sino todo lo contrario. Por suerte, cada vez son más los cocineros y las cocineras que apuestan por mantener este recetario”, detallan. Aunque también se caracterizan por recomendar lugares más allá de Málaga, están de acuerdo en afirmar que "ni mucho menos hay que gastarse mucho dinero para comer bien en Málaga. Tenemos la  suerte de contar con una maravillosa y variada oferta de producto y materia prima. Contamos con kilómetros de una costa que proporciona algunos de los pescados y mariscos más valorados del país (actualmente las lonjas de Fuengirola y Caleta de Vélez son todo un referente). A ello se le puede sumar el hecho de contar con algunos productos como el tomate huevo de toro de Coín que son una auténtica maravilla. No obstante, entendemos que el ticket medio en nuestra provincia, y sobre todo, en la capital ha subido algo en el último lustro. Ello es consecuencia de la explosión que ha supuesto la gastronomía en nuestra ciudad, como un modo de “vender” nuestra provincia al resto del mundo a través del paladar y los sentidos, ya que comer es una experiencia sensitiva y que puede llegar al alma, incluso", explican. ¿Sus mejores platos? "El ceviche de jurel malagueño de Óleo (nos parece un bocado realmente adictivo y que todo malagueño o visitante debería probar) y una tosta de AOVE con queso crujiente, sobrasada y tartar de carabineros de Pepo Frade (cocinero de Aire gastrobar), que nos pareció una auténtica genialidad de plato por lo original y sabroso que nos resultó".

Lo que les da de comer

El mundo de la gastronomía y las redes sociales sí da de comer a Hanni Martini @hanhimartiniii). Natural de Plymouth (Inglaterra), llegó a Málaga atraída por su clima y se quedó por su gastronomía, cultura e historia. Muy activa en redes sociales, cuyo Instagram cuenta con más de 13.000 seguidores, es dueña de ‘The Food Experience’, con la que organiza rutas de tapas para extranjeros. “Visitamos sitios emblemáticos, familiares y auténticos malagueños. Es una oportunidad única para enseñar a la gente de fuera todo lo bueno que tenemos en Málaga. A la gente le flipa conocer a la cultura gastronómica que tenemos aquí”, reconoce. Una de las dudas más frecuentes en este ámbito es quién paga. "Pago yo. De vez en cuando me invitan pero también me gusta salir y comer en la calle y no me importa pagar por una experiencia buena", afirma.

En una carta creativa o en la etiqueta de un vino que enamora está el copywriting gastronómico de Pepa Cartini (@pepacartini, 10.800 seguidores). “La gastronomía es cada vez más experiencial: las personas quieren vivir experiencias, no simplemente «comer», «saciarse», «hacer un curso» o «beber vino». Hoy la gastronomía sucede en gran parte en el mundo digital”, explica. Ha vivido en Berlín, Granada y, por supuesto, Málaga. "A grandes rasgos diría que Málaga y Granada tienen una gastronomía tradicional marcadamente Mediterránea, mientras que la gastronomía tradicional de Berlín es una mezcla de sabores alemanes y «soviéticos» donde los ahumados y las patatas se llevan la palma. Sin embargo, el aroma de la calle Elvira de Granada no dista mucho de cualquier calle del barrio berlinés de Kreuzberg. Allí te topas con un bistro turco a cada paso. Si cierras los ojos y solo te guías por el olfato, tu mente te dirá que las notas de canela, curry o hierbabuena se deslizan desde una tetería árabe del sur de Andalucía. Al final tampoco somos tan diferentes. Otro tema son las costumbres a la hora de interactuar con los comensales, pero de eso ya hablamos otro día. Saliéndonos de la hostelería y sumergiéndonos en el mundo gastrocreativo (diseño, fotografía, redacción, vídeo...), en Málaga y Berlín la escena es más diversa que en Granada, aunque en esta última hay también estudios y profesionales independientes a los que me encanta seguir la pista en Instagram", dice la malagueña.

Amante de la gastronomía, por supuesto, y sin perder de vista su profesión, ha visto de todo. "Uno muy generalizado que (¡menos mal!), va desapareciendo poquito a poco: un uso tan descomunal de las metáforas que el comensal no sabe si está leyendo la carta de un restaurante o la crónica de la pasarela Cibeles. Esto lo único que provoca es incomprensión, menos ventas y el hartazgo de los clientes. Licencias creativas sí, pero ante todo, claridad". Sobre la gastronomía local, resalta "lo equilibrados que son sus platos, el colorido que desprenden, la amabilidad de sus gentes y, cómo no, los espetos de sardinas y el gazpachuelo. Me alegra mucho ver que, aunque somos abiertos y dejamos entrar nuevas ideas y costumbres, no perdemos las nuestras".

El clima malagueño invita a salir a comer los 365 días del año. Cuando las dudas se presenten, basta con abrir Instagram y dejarse recomendar por estos expertos de la cocina local, que ya queda demostrado que es mucho más que pescaíto frito.

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