Corazón de mujer corazón de hombre

Publicado: 25/08/2020
Autor

José Manuel Revuelta Soba

Catedrático de Cirugía y Profesor Emérito de la Universidad de Cantabria. Ex-Jefe de Cirugía Cardiovacular del Hospital Valdecilla de Santander

Libro del corazón

Descubriendo el interior del corazón humano, órgano maravilloso, fuente de vida e investigación de calidad

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La capacidad de adaptación del corazón de la mujer solo puede entenderse por la existencia de una estructura miocárdica excepcional.
Hace unos años, una publicación científica indicaba que el corazón de la mujer es un misterio. Siempre me han gustado los misterios, revelan ignorancia y estimulan la curiosidad. Desde la antigüedad, las artes plásticas muestran la imagen de la mujer frágil, delicada y débil.

Según el Instituto Nacional de Estadística –INE-, antes de esta terrible pandemia de COVID-19, la población española era de 46.7 millones, casi el 20% mayores de 65 años. Sorprende que  510.172 personas habían superado los 90 años y 15.756 eran centenarios, siendo mujeres el 80% de la población más longeva. En la actualidad, la esperanza de vida media de los españoles supera los 83 años (hombres: 80,52 años, mujeres: 85,89 años). Estos datos indican que la mujer vive alrededor 5 años más que el hombre. A primera vista, daría la impresión de que esta supuesta fragilidad de la mujer podría tener cierto efecto beneficioso en la prolongación de su vida.



FOTO: CUADRO DE SOROLLA
Hace una década, estimulados por el supuesto “misterio” que encierra el corazón de la mujer, comenzamos a investigar diversos factores anatómicos, fisiológicos, bioquímicos, genéticos, epidemiológicos y patológicos que podrían influir en las posibles diferencias estructurales y funcionales del corazón de ambos sexos, cuyos resultados acaban de publicarse en una revista científica.  

https://doi.org/10.1016/j.circv.2020.02.002

 

Dispuesto para todo

El análisis macroscópico del corazón de la mujer muestra que es de menor peso (15%) (mujer, ± 280 gramos; hombre ± 320 gramos), con cavidades más pequeñas (20%), menor grosor del miocardio (12%), válvulas más finas, así como unas arterias coronarias de menor calibre (25%) que el hombre.

 Al nacer, ambos sexos poseen semejante número de células contráctiles en el miocardio -cardiomiocitos- pero, mientras van incrementando su número y tamaño en el corazón del hombre, en la mujer apenas experimentan modificaciones durante toda su vida. El corazón del hombre sufre mayor número de muertes -apoptosis- de los cardiomiocitos que la mujer (64 millones/año versus 6 millones/año).



FOTO: CARDIOMIOCITOS EN ACCIÓN
 

La mayoría de las células contráctiles del corazón poseen un núcleo (85%). En el hombre, se observa un progresivo aumento de los cardiomiocitos con dos núcleos, mientras que en la mujer, la proporción de cardiomiocitos mono/binucleares no se modifica. Se desconoce el motivo y significado de este interesante hallazgo científico y su repercusión en la función estructural del corazón de la mujer.

En condiciones de reposo, el corazón de la mujer tiene una frecuencia media de 80 latidos/minuto, bombeando 4,5 litros de sangre cada minuto para proporcionar riego al organismo, mientras que el hombre tiene una frecuencia cardiaca menor de 70 l.p.m., expulsando unos 5 L/min.

Durante el embarazo, se pone de manifiesto la extraordinaria capacidad adaptativa y la impresionante fortaleza del corazón de la mujer.

Las importantes demandas de oxígeno y sustancias nutritivas, por parte del feto para su crecimiento a un ritmo tan acelerado, obligan al corazón a aumentar su frecuencia y la cantidad de sangre que debe distribuir. La frecuencia cardiaca va incrementando de forma progresiva, mientras la presión arterial disminuye en el segundo trimestre, para aumentar de nuevo en el tercero del embarazo.

Es realmente extraordinario observar como el gasto cardiaco normal de 4,5 L/min aumentará hasta 7 L/min antes del parto; de hecho, durante el 9º mes del embarazo, el útero consume 1/5 del gasto cardiaco, incrementando un 30% adicional en el parto y después del mismo experimenta un descenso brusco, hasta llegar a normalizarse un mes más tarde.

 

PRESENTACIÓN DE LAS CONCLUSIONES DE DIEZ AÑOS DE INVESTIGACIÓN

Sin duda, estos cambios fisiológicos del corazón de la mujer sorprenden a expertos y profanos; su capacidad de adaptación solo puede entenderse por la existencia de una estructura miocárdica excepcional, con unos cardiomiocitos especialmente preparados para poder llevar adelante a otro ser vivo, durante 9 meses, con incremento progresivo tan extraordinario de demandas energéticas.

 

Las hormonas mandan mucho

Como sabemos, las hormonas son sustancias químicas producidas por un órgano cuya función es regular las actividades biológicas del organismo y, de manera especial, del corazón.

Desde hace años, múltiples evidencias científicas relacionan el estrógeno con la actividad cardíaca. Esta hormona, derivada del colesterol, se produce en los ovarios, las glándulas suprarrenales y la placenta. El estrógeno es un factor de crecimiento que estimula la proliferación celular, cuyos efectos actúan a través de los receptores del estrógeno, denominados ERα y ERβ, que funcionan como factores de transcripción, experimentando importantes cambios con la edad en la mujer y, particularmente, ante la gestación.

El miocardio de la mujer tiene mayor dependencia de la glucosa que el hombre, constituyendo su substrato energético principal, de aquí su preferencia por los dulces. El estrógeno inhibe el TGF-β -Transforming Growth Factor β- actuando como un potente inhibidor del crecimiento celular, previniendo así, la hipertrofia ventricular y la aparición de insuficiencia cardiaca.

 http://dx.doi.org/10.1074/jbc.M109.093039

Por otro lado, la pituitaria, una pequeña glándula del tamaño de una lenteja, situada en la base del cerebro, produce la hormona del crecimiento -somatotropina- que juega un papel importante en la regulación de la muerte celular y el envejecimiento, protegiendo el miocardio, mediante la disminución de depósitos de lípidos en la pared arterial de las arterias coronarias.

Encontramos en una publicación científica un dato sorprendente, que pasaba desapercibido, sobre como el estrógeno estimula una mayor producción de somatotropina en la mujer, hasta doblar la cantidad de la existente en el hombre. Este importante hallazgo podría explicar, en parte, el excelente funcionamiento del corazón de la mujer, en el embarazo, el parto y a lo largo de toda su vida, con una supervivencia mayor -más de 5 años de promedio- que el hombre.

Asimismo, la relaxina, hormona peptídica sexual de la mujer, producida en el cuerpo lúteo del ovario, no tan bien conocida, tiene acciones muy potentes sobre el sistema cardiovascular, siendo la sustancia química responsable de promover la necesaria vasodilatación arterial durante el embarazo, disminuyendo así el estrés del corazón.

El famoso cromosoma XX

Como sabemos, la carga genética de la mujer -cromosomas XX- es superior a la del hombre -cromosomas XY-, basta visualizar el tamaño del cromosoma X en comparación con el cromosoma Y. Las hormonas juegan un papel regulador en la expresión genética y, concretamente, el estrógeno en la mujer.



FOTO: CROMOSOMA X
 

Las proteínas cromosómicas de expresión genética Hand1 y Hand2, localizadas en el importante cromosoma 4, tienen un papel fundamental de la morfogénesis cardiaca, mancando las diferencias entre ambos sexos. Se han descubierto más de 6.500 genes que expresan de forma diferentes, algunos muy activos en la mujer y otros en el hombre.

En el prestigioso Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas -CNIO-, su actual directora, Dra. María Blasco, autoridad mundial en la investigación de la telomerasa, enzima que mantiene a los telómeros, http://dx.doi.org/10.1038/nrg2047 considera que “Envejecer no es nada natural”. Su  línea de investigación preferencial trata de las acciones de la telomerasa sobre los telómeros, extremos de los cromosomas de ADN no codificante, que influyen de forma determinante en la división y el envejecimiento celular.

Recientemente, un grupo de investigadores canadienses han descrito que las mujeres que tenían más hijos mostraban sus telómeros más largos que las que tuvieron menos hijos, relacionándose este hallazgo con una mayor sobrevida. Una explicación de este efecto, aparentemente protector en la mujer, puede deberse a que el estradiol, una forma de estrógeno, aumenta mucho durante el embarazo. El estradiol protege la longitud del telómero, incrementando la actividad de la telomerasa, que contribuye directamente en esta acción protectora.



FOTO. PROTEINA HAND 2 RM BARNES, 2011
 

Hace una década, mi dirección de la tesis doctoral de la Doctora Ana Rosa Alconero, sobre el diferente comportamiento de la cardiopatía isquémica e infarto de miocardio en la mujer, fue un importante estímulo para explorar este campo apasionante del corazón de la mujer. http://dx.doi.org/10.1016/j.ijcard.2013.04.119

Más investigación, menos muertes

Lamentablemente, la primera campaña de prevención de la enfermedad cardiovascular dirigida a la mujer -American Heart Association- no fue realizada hasta 1997. Veinte años más tarde, el programa -Go Red for Women- informó sobre una reducción de la mortalidad cardiovascular del 50% en la mujer.

Mayores beneficios en la supervivencia e incremento de la calidad de vida se conseguirían prestando mayor atención en profundizar científicamente en el análisis del corazón de la mujer y su comportamiento ante la enfermedad cardiovascular.

La evidencia científica nos enseña que no responde a la realidad la delicadeza de la mujer con estas estereotipadas imágenes de fragilidad. Delicadeza y debilidad no son términos sinónimos.

 

“El corazón de la mujer no es un misterio, es una maravilla de la Naturaleza”

José Manuel Revuelta

 

 

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