La tribuna de Viva Sevilla

La hostelería sevillana, al servicio de todos, también en Semana Santa

Nuestro compromiso es con la ciudad, no con el Ayuntamiento. Sobra darnos un ultimátum, no somos nosotros quienes tenemos que identificar ni decir qué cerrar

Publicado: 13/03/2018 ·
12:42
· Actualizado: 13/03/2018 · 23:35
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Viva Sevilla

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Por Pablo Arenas, presidente de la Asociación de Hostelería de Sevilla

Por razones que no terminamos de entender, a los hosteleros se nos señala como cómplices necesarios de los hechos ocurridos en la Madrugada de la Semana Santa de 2017, además leer una y otra vez en distintos medios la relación de “cierres de establecimientos hosteleros para evitar avalanchas”, como si fuéramos el origen y la solución final del problema.

De la noche a la mañana hemos pasado de la inactividad por parte de la Administración Municipal para hacer cumplir las ordenanzas por el bien del propio sector, la sociedad y la ciudad, a realizar una auténtica persecución y acoso a la hostelería, que se inicia en la Semana Santa del año pasado y continúa hasta las pasadas Navidades, donde se precintaron veintitrés establecimientos, pasando como tuve oportunidad de declarar en los medios de comunicación “de tomar acciones necesarias, a otras completamente desproporcionadas “.

Si volvemos la vista a la Semana Santa del año 2017, como ejemplo de lo anteriormente expuesto, nos encontramos con la actuación que se llevó a cabo en la plaza de la Pescadería, con establecimientos precintados, que pese a ser advertidos no supieron autorregularse. Sin embargo, hay que remarcar que la situación de la plaza no era sólo responsabilidad de la hostelería, pero fue la disculpa perfecta para abrir la puerta a otras actuaciones a nuestro juicio desmesuradas y desproporcionadas.

Todo lo anteriormente expuesto ha provocado en el sector hostelero una sensación de inseguridad, de criminalización y de alarma, al señalarnos como responsables o cooperadores necesarios de todos los males que ocurren en las calles. Cuando es precisamente todo lo contrario. La hostelería ofrece en Semana Santa a sevillanos y visitantes, además de su magnífica oferta gastronómica, descanso, seguridad, refugio, cobijo, atención y aseos.

Por todo ello, no es de extrañar que cada vez sean más los hosteleros que ante tal cúmulo de dificultades para desarrollar la actividad durante la Semana Santa, estén planteándose si merece la pena seguir con tantas dificultades y presión: los veladores se reducen, se reubican o directamente se retiran; el hostelero tiene que hacer de agente de la autoridad ante sus clientes; debe vigilar el correcto funcionamiento de los aseos sometidos durante esos días a uso y abuso por parte de no clientes; debe estar atento a que las puertas y ventanas estén sólo abiertas por motivos de ventilación; a convivir con la venta ambulante ilegal, el botellón generado por otros, la competencia desleal, la dificultad de los clientes para acceder a los establecimientos ubicados en zonas aforadas, etc, y todo ello bajo la amenaza de ser precintados en cualquier momento.

Puesto en antecedentes, los hosteleros de Sevilla, al igual que las Hermandades, el Consejo de Cofradías, el Ayuntamiento y la Ciudadanía, ayudaremos y colaboraremos para recuperar la tranquilidad y el esplendor de nuestra Semana Santa. Y para ello el Ayuntamiento de Sevilla nos pide que adelantemos el cierre de nuestros establecimientos a la una de la madrugada, la noche del Viernes Santo.

Tras distintas reuniones y a fin de conocer la dimensión de dicha medida y el número de establecimientos afectados, nos identifican sesenta y dos calles, que nosotros ante la inacción del Ayuntamiento y haciendo un trabajo de campo, cuantificamos en doscientos seis establecimientos. Durante las semanas posteriores y después de tener que leer un día sí y otro también declaraciones de responsables del Ayuntamiento en los medios de comunicación, creando innecesariamente desconcierto y alarma en el sector, nos sorprendía que mencionaran calles que no estaban contempladas en esa medida. De hecho, el jueves 8, ante nuestra sorpresa nos facilitan otro documento con otras calles que, si bien se reducen a cuarenta y nueve, sólo diez coinciden con las que inicialmente nos habían facilitado.

Durante este tiempo hemos estado hablando con los hosteleros, solicitándoles colaboración y autorregulación de cara a la Semana Santa, siendo su predisposición favorable. Mientras que, para el Ayuntamiento, parece que su única preocupación es la necesidad imperiosa de firmar un acuerdo, hacer una comparecencia conjunta, vender hechos consensuados, cuando una vez más son imposiciones

Dicho todo lo anterior, para nosotros no hay necesidad de firmar nada. Nuestro compromiso es con la ciudad, no con el Ayuntamiento. Sobra darnos un ultimátum, no somos nosotros quienes tenemos que identificar ni decir que establecimiento tiene que adelantar el cierre y quién no. No somos nosotros los que le tenemos que hacer su trabajo.

Como organización empresarial estamos en contra de restricciones y limitaciones, más allá de las legalmente establecidas. Acataremos, como no puede ser de otra manera, las resoluciones que se adopten unilateralmente por el Ayuntamiento, pero no las podemos compartir, sencillamente porque no se arregla una enfermedad con un diagnóstico equivocado, y creemos que éste lo es.

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