La tribuna de Viva Sevilla

Aniversario de Murillo

Que Murillo llegue a todos los barrios de la ciudad, desde Palmete hasta el Tardón, pasando por San Diego.

En este año 2017 se cumple el cuarto centenario del nacimiento de Bartolomé Esteban Murillo, pintor barroco nacido en nuestra ciudad en el año 1617, época de esplendor en una Sevilla cosmopolita, ciudad más poblada de las españolas y una de las mayores del continente europeo. En abril de 2015, siendo Zoido alcalde, se anunció la conmemoración de esta efeméride. Después de superar algunos momentos en los que se dudaba de su celebración, el gobierno de Juan Espadas se ha puesto manos a la obra y ha presentado la programación, a partir de noviembre de este año, de una serie de eventos que tengan como hilo conductor la obra de este ilustre pintor, del que tenemos la suerte de poder contemplar, por ejemplo en el museo de Bellas Artes, algunas de sus obras.

No voy a oponerme a la celebración de estos acontecimientos históricos. Nada más lejos de mi intención. Pero sí quisiera poner el acento en los objetivos que se quieren alcanzar con dicho festejo. ¿Se está pensando en fomentar la pintura entre los más pequeños? Más allá de organizar grandes exposiciones que probablemente consigan un número de visitas extraordinario, ¿por fin se va a revitalizar el museo de Bellas Artes, olvidado por las administraciones (de derechas e izquierdas) desde hace muchos años? Dentro de 5 años ¿en qué porcentaje se habrá aumentado el conocimiento de la vida y la obra de Murillo en la sociedad sevillana?


Recordemos que el año pasado se conmemoró en toda España el cuarto centenario de la muerte de Cervantes. En Sevilla se celebraron algunos actos, pero a mi humilde entender se perdió una ocasión magnífica para incentivar la lectura entre los más jóvenes, en fomentar el uso de las bibliotecas públicas (espacios desconocidos para muchos). En definitiva, en promover que nuestra sociedad se culturice, en concienciar que actos como leer un libro, visitar un museo o una galería de arte repercuten positivamente en la calidad de vida de la gente. Mucha gente cree que la cultura es sólo entretenimiento. Y no es capaz de ver que la cultura influye en la educación y en el uso del tiempo libre y que es fundamental para el crecimiento humano. Una sociedad más culta es una sociedad más desarrollada, más creativa.


Ojalá el año Murillo que viviremos en Sevilla consiga que muchos sevillanos se interesen por la pintura. No nos quedemos en las cifras de asistentes a los eventos que se organicen. Valoremos los turistas atraídos por las exposiciones y los euros que gastarán en la ciudad. Pero miremos más allá, hagamos que la ciudadanía descubra los beneficios de la cultura. Que son muchos y desgraciadamente poco conocidos. Y un último deseo para terminar: que Murillo llegue a todos los barrios de la ciudad, desde Palmete hasta el Tardón, pasando por San Diego. A los colegios, a los institutos, a los centros cívicos. Que toda Sevilla se inunde de cultura.

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