Como rectificar es de sabios, José Luis Cienfuegos, director del Festival de Cine Europeo de Sevilla, no ha tenido más remedio que renunciar a una de sus primeras y erróneas decisiones, motivada, quizás, por el desconocimiento de la ciudad: el cambio de las salas del Nervión Plaza por algunos cines del centro. Ha necesitado dos años para retornar a Nervión, concentrando en un espacio lo que antes se encontraba disperso, además de mejorar el acceso a todos los no residentes en el centro, gracias al Metro y a los parkings públicos.
No es la única destacada rectificación que se puede apreciar. Es todo un acierto la elección, para la inauguración, de “La ignorancia de la sangre”, rodada en Sevilla y producida por Antonio Pérez. Ya era hora de que se apostara por una producción andaluza para un lugar destacado en el Festival, después del despropósito del año pasado: optó por inaugurar con “Tres copas de más” en lugar de “¿Quién mató a Bambi?”, mucho mejor que la anterior y con el añadido de haber sido rodada en nuestra ciudad por un destacado cineasta sevillano, Santi Amodeo.
La sección oficial a concurso viene plagada de sugerentes películas como la ganadora del León de Oro en Venecia, “A pigeon sat on a branch reflecting on existence”; “Aimer, boire et chanter”, obra póstuma de Alain Resnais; “Leviathan”, una historia sobre la corrupción en Rusia galardonada con el Premio al Mejor Guión en Cannes; “Mr. Turner”, en la que Mike Leigh vuelve a contar con su actor fetiche, Timothy Spall, esta vez en la piel del pintor William Turner; “The smell of us”, del norteamericano Larry Clark, que debutó con la polémica “Kids” hace casi 20 años; la israelí “The kindergarten teacher”, sobre una profesora de guardería obsesionada con un niño de cinco años, dotado para la poesía, al que quiere librar de las malas influencias de su padre, y el biopic no oficial “Saint Laurent” producido por Luc Besson y con la presencia, siempre estimulante, de Léa Seydoux (“La vie d'Adèle”).
También destacan algunos documentales que probablemente no pasarán desapercibidos. Es el caso de “Silvered water, Syria self-portrait”, con imágenes de la guerra no emitidas en televisión por su crudeza y grabadas por los propios sirios con sus móviles y cámaras domésticas. El austríaco Hubert Sauper, autor del excelente documental “La pesadilla de Darwin”, nos ofrece diez años después otro demoledor retrato de África; si en este título se centraba en Tanzania, ahora es Sudán el que se convierte en involuntario protagonista de “We come as friends”, premiado en Berlín y Sundance.
La aportación española no desmerece con “La más macabra de las vidas”; el punto de partida es un documental sobre el grupo punk vasco Eskorbuto, pero también muestra la España de los 80, convulsionada por el terrorismo. Un retrato bien diferente es el que aparece en “País de todo a 100”, las ruinas de la burbuja inmobiliaria, con el excelente actor andaluz Pedro Casablanc de narrador y la dirección de Pablo Llorca. Éste llega a sus bodas de plata como director con otra película que también se podrá ver en el festival, “El gran salto adelante”, protagonizada por Antonio Dechent.
Otro de los aciertos de esta edición es la nueva sección Tour/Detour, que incluye una selección de títulos restaurados, como “Pierrot le fou”, de Jean-Luc Godard, con el que el festival rendirá homenaje a su compositor, Antoine Duhamel, fallecido recientemente. Presente en la filmografía de Truffaut y Tavernier, Duhamel también tiene su particular vínculo con nuestra ciudad porque compuso la banda sonora de “Belmonte”.
Un año más, hay notables ausencias en la participación andaluza; es el caso de “Thomás vive”, la esperada apuesta de Antonio Cuadri por la vida y obra de Tomás Moro, rodada en Sevilla, pero que se presentará en el Festival de cine iberoamericano de Huelva. Sí se podrá ver lo último de García Pelayo, “Niñas”, los interesantes documentales “Habitar la utopía”, “Quivir” y “Planeta Asperger”, así como cortos dirigidos por Bernabé Rico, Paz Piñar y Antonio Álamo.