Santa Cruz, parque temático

Publicado: 14/10/2014
Nos horrorizaría ver el Patio de Banderas cubierto de mesas y sillas de bares y restaurantes de los hoteles con encanto que ocuparían las casas que integran el conjunto, parte indisoluble de los Reales Alcázares dentro de la delimitación de entorno en la declaración de Patrimonio de la Humanidad.
El parque temático del barrio de Santa Cruz ha cerrado una de sus puertas principales, la de los jardines de Murillo – actualmente “Parque cerrado temporalmente por rodaje cinematográfico”- que abre al Paseo de Catalina de Ribera, desde el 5 al 26 de octubre con motivo del rodaje de cierto film al que no le vamos a dar más propaganda de la que le ha dado ya la prensa local pues ya todos sabemos su título. Lamentable cierre que no sólo lamentarán los vecinos y sevillanos en general que por allí salen o entran sino también las masas de turistas que acceden al famoso barrio por ese sector.

Naturalmente, lo sentirán también los vendedores ambulantes y tocadores de guitarra que trabajan en esta zona. Pero no importa porque al fin y al cabo no es mucho tiempo  y el producto de tal rodaje hará que vengan miles de turistas más para ver los sectores del Alcázar que no pudieron visitar entonces y para pisar las salas donde se desarrollaron aquellas escenas de ficción, con lo cual los Reales Alcázares de Sevilla no sólo abrirán todos los días de la semana día y noche sino que también tendrán unos turnos de madrugada para los más despiertos, que siempre suelen ser los japoneses.


Ojo. Esos turistas tienen un estatuto especial que da envidia a los españoles e incluso a los vecinos de Santa Cruz. Se trata de una nueva oficina que vela por el turista extranjero: S.A.T.E.,  es decir, Servicio de Atención al Turista Extranjero, sita en el nº 5 del Patio de Banderas, antesala del mejor cahiz de tierra del mundo.


Y se preguntarán ustedes por el turista andaluz, por el turista español, por el turista nacional que también nos visita. Ese turista no importa, a ese turista no se le dan explicaciones. A ese turista generalmente no le roban. Y qué de las antiestéticas vallas en torno a la cacareada excavación arqueológica que contendría la proyectada cripta arqueológica que dijeron que no se hará. Ahí están cerrando la plaza y ya aparecen incluso en las tarjetas postales, ¿estarán esperando que pase la crisis y vengan tiempos de bonanza económica para llevar a cabo el disparatado proyecto?


Aspectos urbanísticos, que son obviamente competencia de la Gerencia Municipal de Urbanismo, no deben quedar al albur del mejor postor ni a la explotación exhaustiva. Nos horrorizaría ver el Patio de Banderas cubierto de mesas y sillas de bares y restaurantes de los hoteles con encanto que ocuparían las magníficas casas que integran el conjunto, parte indisoluble de los Reales Alcázares dentro de la delimitación de entorno en la declaración de Patrimonio de la Humanidad, cuyo veinticinco aniversario celebrábamos el año pasado.


El  noble espacio que antecede a la Puerta del León y cuya muralla centra una papelera pública acompañada de  un ciprés y dos macizos de jazmín  bien pudiera denominarse Plaza de Alfonso X el Sabio, el artífice de la organización de nuestra ciudad  después de 1248 y uno de sus más olvidados personajes históricos.


La papelera pública bien mereciera una mágica metamorfosis en el busto del autor de las Siete Partidas, las Cantigas de Santa María y el Libro de los Juegos del Ajedrez, entre otros muchos monumentos literarios que se crearon en el ámbito del palacio gótico del Alcázar de Sevilla.

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