Esta es la tendencia que en los últimos tiempos está describiendo la violencia vial en nuestro país. Para nada estamos satisfechos. Se ha roto una tendencia que venía siendo esperanzadora: se estaban salvando vidas en el tráfico.
Desde hace unos diez años a esta parte, gracias a un gran número de medidas tomadas por el Gobierno, fueron bajando paulatinamente los fallecidos y lesionados graves en los mal llamados accidentes de tráfico.
Cuando hablamos de violencia vial y seguridad vial, nunca se puede bajar la guardia, porque lo que ocurre es lo que por desgracia estamos viendo: sube la mortalidad.
¿A qué se debe? Desde nuestro punto de vista, la Administración, en su conjunto, no se está tomando en serio este grave problema de salud. Se han tomado medidas que para nada han beneficiado: permitir los 130 km/h en determinados tramos de autovías y autopistas; es cierto que en el conjunto de todas las carreteras el número de kilómetros es muy poco, pero, también es cierto que lo que transmite esta medida es permisividad. Con esto, los ciudadanos bajan la guardia, se relajan, no pasa nada, y se vuelven a olvidar de los peligros viales.
Si a todo esto unimos indultos, sentencias infumables, personajes públicos delinquiendo (vialmente hablando), modificación del actual Código Penal eliminando los Juicios de Faltas, que suponen un 90% de los delitos viales, es un suma y sigue….
Desde las Asociaciones de Víctimas remitimos a todos los partidos políticos un listado de medidas que se debían de tener en cuenta, y que paso a relacionar:
- Que la Seguridad Vial siga siendo una de las prioridades del Gobierno.
- Creación de un órgano de Gobierno (Secretaría de Estado, Agencia ..) adscrita a la Presidencia o Vicepresidencia siguiendo las recomendaciones del Banco Mundial, con capacidad para coordinar los diferentes ministerios y los diversos niveles de administración y con financiación suficiente para desarrollar desde un punto de vista integral, las prioridades y actuaciones necesarias para seguir mejorando la seguridad vial.
- Inmediatez de la justicia y aplicación estricta de la ley.
- Intervención del ministerio fiscal en todos los procesos penales por siniestros con alguna persona fallecida o con heridas graves.
- Modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, Código Penal y ley del Menor.
- Incorporar en las urgencias de los hospitales los psicólogos especializados en urgencias y emergencias.
- Ampliar el contenido de Educación Vial en la asignatura de “Educación para la ciudadanía” o implantar una asignatura obligatoria a lo largo del currículo escolar.
- Interrelación entre los diferentes cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en cuanto a conductores que han sido sentenciados y/o sancionados y como consecuencia de ello tienen retirado su permiso de conducir.
- Instalación y sustitución progresiva de los guardarraíles.
- Incluir de manera obligatoria las auditorías de Seguridad Vial en todos los proyectos de nueva construcción y en aquellos de conservación o modificación con determinado índice de accidentalidad o intensidad diaria de tráfico.
- Carreteras secundarias con sendas peatonales fuera de las vías.
Estas propuestas no han sido escuchadas ni tenidas en cuenta, como se puede comprobar.
Todavía queda mucho por hacer, por eso no nos podemos comparar, ni de lejos, a otros países europeos (Alemania, Inglaterra, etc…), donde la seguridad vial es una prioridad y donde se pueden permitir el lujo de tener autovías sin límite alguno de velocidad, porque cuando estos conductores salen de esas autovías respetan los límites marcados.
Eso en España, de momento, es inviable.
Para terminar, me gustaría recordar que entramos de lleno en el verano y, más que nunca, pido precaución y respeto en el tráfico, como dice nuestra campaña: Ve, vuelve y vive: queremos que vayas a tu destino, que vuelvas y que lo disfrutes.
