Los datos que presentaré demuestran que el cuidado de los hijos en España recae de manera desproporcionada sobre las madres, con importantes consecuencias negativas para el desarrollo profesional de las mujeres a largo plazo. Como botón de muestra, sólo el 55% de las mujeres de 30 a 45 años con hijos menores de 16 trabaja (según la EPA de 2013), y de entre ellas, casi un tercio lo hace sólo a tiempo parcial. Mientras tanto, más de un 40% de los padres de hijos menores de 10 años declaran no dedicar ningún tiempo (0 minutos) al cuidado de los hijos en un día típico (según la Encuesta de Empleo del Tiempo de 2009-2010).
Cada día a la salida del colegio me sorprendo de comprobar la bajísima proporción de papás esperando a sus hijos (son casi todo mamás, y alguna abuela o canguro). También me sorprendo al hablar con conocidos que parecen dar por supuesto que la crianza de los hijos es responsabilidad principal de las madres. Los padres (algunos padres, pero me atrevería a decir que muchos) parecen adoptar un papel secundario, casi de espectador.
¿Y las mamás? En la fiesta de cumpleaños cuando mi hijo mayor cumplió los 4, me sorprendió notar que, de las siete familias que asistieron, ninguna de las mamás (excepto yo) trabajaba a tiempo completo, a pesar de estar todas bien formadas y de tener amplia experiencia profesional previa a la maternidad. Evidentemente, mi grupo de amigos no es representativo, con lo que deduzco que esta tendencia es aún más pronunciada en la población general.
Basta de anécdotas. Me remito a la Encuesta de Población Activa. En el segundo trimestre de 2013, el 63% de los hombres sin hijos menores de 16 años estaban trabajando, al mismo nivel que las mujeres de las mismas características (el 64%). Es curioso observar que la tasa de empleo de los hombres se incrementa sustancialmente para el grupo con hijos pequeños (77%), y se mantiene elevada entre aquellos con hijos mayores de 5 años (75%). Pero la tendencia es la contraria entre las mujeres. Sólo el 56% de las madres con hijos pequeños trabajan (¡una brecha de más de 20 puntos respecto a los hombres!), y la caída se mantiene para aquellas con hijos en edad escolar (55%).
Además, entre las mujeres que trabajan, la probabilidad de hacerlo a tiempo parcial aumenta drásticamente con la maternidad: del 13% entre las mujeres sin hijos pequeños, a casi el 20% entre las que tienen hijos menores de 6 años, y más del 17% cuando los hijos tienen entre 6 y 15. Por el contrario, para los hombres, la incidencia del trabajo a tiempo parcial se reduce tras la paternidad.
Por tanto, parece que la paternidad va asociada a un aumento importante en la oferta laboral entre los hombres, y una gran reducción entre las mujeres, que no se recupera una vez los hijos alcanzan la edad de escolarización obligatoria.
Bien, yo también he leído a Becker y sé que la especialización dentro del hogar (un miembro de la pareja trabaja más fuera, el otro trabaja más en casa) puede representar mejoras en la eficiencia. Tras tener un hijo, puede tener sentido que el miembro de la familia con mayor productividad en el mercado aumente sus horas de trabajo, y el otro aumente su contribución a las tareas del hogar. La pregunta es: ¿tiene sentido que siempre (o casi siempre) sea la madre la que se dedique más a los hijos?
Una pista nos viene de comparar las características de hombres y mujeres en nuestra muestra de la EPA. Entre los hombres de 30 a 45 años, el 22% tiene una titulación universitaria, comparado con el 31% de las mujeres. No es novedad, ya sabemos que las mujeres en España (como en muchos otros países) hace tiempo que van a la universidad en mayor medida que los hombres. Centrándonos ahora en las personas sin hijos menores de 16, el 18% de las mujeres trabajan en una ocupación altamente cualificada (“directores y gerentes” o “técnicos y profesionales científicos e intelectuales”), comparado con el 13% de los hombres.
Por desgracia, la EPA no proporciona información sobre salarios, que es lo que de verdad querríamos comparar. Aun así, resulta difícil creer que, casi siempre, la madre sea el miembro de la pareja menos productivo en el mercado de trabajo. Y sin embargo, la responsabilidad del cuidado de los hijos parece recaer mayoritariamente sobre las mujeres.
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