La tribuna de Viva Sevilla

La crisis del aeropuerto (2)

Reviento los mercados, echo fuera a toda la competencia y controlo la gran mayoría. Una vez que los controlo, planteo las nuevas estrategias. Desgraciadamente ésta es la política que se ha hecho en el aeropuerto de Sevilla, y ahora estamos sufriendo las consecuencias.

La primera compañía aérea en aportar clientes y vuelos a y desde Sevilla sufre un cambio importante. Iberia deja de ser la compañía de bandera  a la que estábamos habituados,  busca su salvación y adaptarse a los nuevos tiempos y crea nuevas marcas, sobre todo para el mercado nacional y de medio alcance: en muchos casos, aviones más pequeños y con menor capacidad, y menos frecuencias. Lógicamente, el número de viajeros baja de forma importante.


Mucho de esto se compensa con nuevas marcas (Vueling, Iberia Express) que aunque siguen los hábitos de las compañías low cost sí aportan al mercado una serie de ventajas que pueden ser utilizadas por los tour operadores y grupos y ofrecen un servicio de bastante calidad a pesar de ser de bajo coste.


Como ejemplo, Vueling inicia su andadura con una amplia ofertas de vuelos directos a Barcelona, Londres, Roma, etcétera, pero hará un par de años se ve obligada a suspender algunas rutas (Roma, Londres). La explicación que da es la “aplicación de la política de tierra quemada de otras compañías”.


Reviento los mercados, echo fuera a toda la competencia y controlo la gran mayoría. Una vez que los controlo, planteo las nuevas estrategias. Desgraciadamente  ésta es la política que se ha hecho en el aeropuerto de Sevilla, y ahora estamos sufriendo las consecuencias.
Antes decía que si se llegaba al 50% de vuelos de bajo coste se complicaba la  rentabilidad del mercado. En Sevilla ya hemos superado el 80% de este tipo de vuelos, y casi dependemos de una sola compañía, que controla más o menos la mitad de los que llegan o salen.


Observo que existen vuelos con orígenes y lógicamente destinos a ciudades algo extrañas dentro del propio mercado turístico y la única explicación posible es que en estas ciudades existen subvenciones para la compañía aérea, pero una vez se acaban las mismas se ofrecerán nuevos destinos, pero suprimiendo el anterior, a no ser que esta ruta sea por sí misma rentable.


Si a todas estas razones añadimos la crisis en el mercado nacional y el aumento de la oferta AVE, que de forma continua aporta además  de nuevos destinos una magnifica oferta de tarifas, nos explicamos los motivos de la bajada de viajeros en el aeropuerto y el aumento en el AVE.


En Sevilla siempre han sido las principales  aportaciones en el turismo receptivo las de los grupos y la tour operación. Con la implantación del bajo coste ha desaparecido la oferta de espacios o plazas para grupos.


Sólo algunas compañías de bajo coste (Iberia Express, Vueling y Air Berlin) nos permiten organizar grupos a y desde Sevilla, y son muchas las veces que tenemos que recurrir a organizar grupos saliendo o entrando por los aeropuertos de Málaga o Jerez, como aeropuertos más cercanos y con una mejor oferta de vuelos directos.


Puede que este motivo sea el que produzca mi postura contraria a algunas de las compañías low cost, ya que muchas de ellas sólo permiten la reserva de plazas y emisión de las mismas en el momento, sin ninguna posibilidad de cambio posterior, lo que nos hace imposible que se pueda programar nada con cierto tiempo, ya que las tarifas cambian en todo momento según se van ocupando las plazas.


Yo no soy adivino ni vaticino el futuro, pero la lógica y la experiencia me dicen que podemos tener varios campos en los que trabajar.


Uno podría ser, aunque somos muchos los que estamos en contra,  el de subvencionar a las compañías , aunque me pregunto si son momentos para esto. ¿ Dónde está el dinero?  ¿ A quién se subvenciona?  ¿ A quien trae más viajeros, aunque éstos no consuman, o a quien trae menos pero con un mayor poder adquisitivo?


Ya en Andalucía hemos tenido esta experiencia. Como ejemplo más reciente, los vuelos a Granada, con aportaciones de organismos oficiales y empresarios. Acabaron mal y con todos descontentos.


Otro ejemplo, el vuelo Nueva York-Málaga. Tenía una importante subvención de una consejería andaluza.


Otra solución podría ser la bajada de las tasas aeroportuarias. Si el aeropuerto acabó el año con balance positivo ello nos permitiría bajar los precios para ser más competitivos que otros del sur de Europa.

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