Aquello que llaman el Real

Publicado: 17/04/2013
Sevilla…no podía dejar escapar la ocasión de dedicarte estas letras. Esta humilde reflexión qué lejos anda de alcanzar ese amplio abanico de piropos que durante toda esta semana enardece tu jovial y festiva imagen ante el resto del mundo
Sevilla…no podía dejar escapar la ocasión de dedicarte estas letras. Esta humilde reflexión qué lejos anda de alcanzar ese amplio abanico de piropos que durante toda esta semana enardece tu jovial y festiva imagen ante el resto del mundo.

Hacía ya, casi seis años qué no paseaba por tu Feria de Abril. Motivos profesionales y familiares me alejaron de tus volantes, lunares, farolillos y albero, dictando poner tierra de por medio, aunque nunca mi sevillanía se apartase de ti.

Fueron muchos los duros momentos vividos, llegadas estas fechas, en los que dejé volar mi nostálgicos y melancólicos pensamientos buscando reencontrarme con aquellas vivencias de infancia y juventud, que terminaban por reconfortar la ausencia y presencia palpable de tantas palmas y “zapateaos” en torno a aquellos tablaos que siempre presidieron tus casetas.

Ahora, arrastrado por tú esencia, aún colmada de azahar eterno y ese azul sevillano que corona tu cielo, me echo de nuevo a la calle llevado y guiado por el espíritu feriante que colma a aquellos que tenemos la suerte de haber nacío a orillas del Guadalquivir. De haber nacío sevillano, cómo dice la letra mágica de aquella sevillanas del grupo “Nomadejado”.

Aquí, bajo tú portada, revestida de aromas de aquella exposición universal del 29 y nuestra Plaza de España, me adentro en tus entrañas alcanzando el éxtasis de raigambre adormecida, qué se despierta hoy hasta contagiarme de tus cantes y bailes. ¡Cuánta grandeza y cuánto arte en cualquier palmo de terreno! Cuanta alegría irradias a tú pueblo, pese a vivir tan delicados momentos…

¿Qué de gente? ¿Qué “caló”? ¡No se puede ni “andá”! qué he echado de menos estas expresiones después de este pequeño destierro y tantos deslucidos años por mor de las inclemencias meteorológicas. ¡Qué haga la “caló” que haga falta y que no quepa ni un alfiler! ¡Qué estamos en el Real! Ese bendito Real, en el que la manzanilla y el“rebujito” riega en millones de catavinos las gargantasresecas por  el cante, alzando siempre un brindis entre sillas de nea para darnos la bienvenida.

¡Aquí que no falte de “ná”! ¡Llena qué la próxima es mía!¿Sabes cómo han terminado los toros? ¿Dónde nos vemos? E incluso llegado el momento…ahí,  en esa callecon nombre de torero y número de caseta inexistente en el qué a veces nos citan…parece haber gente esperándonos.Hay que ver lo que dá de si un paseito por la feria, con cuanta gente nos encontramos después de tantos años, y un poco más tarde…un heladito y a los cacharritos. Coge a los niños… ¡Y a la calle del infierno! , qué nombre más bien puesto. Vaya bautizo con arte. Allí, en la calle del infierno, volvemos a encontrarnos con esos miedos queparecíamos haber dejado ya aparcados al dejar de ser niños, para volver a defendernos con excusas ante los más pequeños de nuestras casas. –No, móntate tú. ¿Miedo? Yo qué voy a tener miedo, si con tu edad me montaba en el “Vikingo” y en el “Interpraise” las veces que hacía falta. Lo que pasa es que es me mareo, que he comido mucho…Lo que haga falta para no desmontar nuestra falsa imagen de héroe venido a menos, qué en su día no pasaba del “Látigo”, los coches locos o el “Folklore Alemán”, en el que nos refugiábamos para ligar mejor en la oscuridad. 

En fin, todos esos detalles que formaron parte del pasado vuelven a aflorar y a ganar su nueva dimensiónconformando nuestro presente y singular aventura aladentrarnos de nuevo en el Real. Nunca una Feria resultó igual, peor o mejor que otra, sino más bien diferente. Todo dependiendo siempre de los días elegidos, la compañía, como nos cogió el cuerpo…toda un compendio de cosas que se tienen que dar, cuándo se deben de dar, y todo porque gracias a Dios un año más ¡Sevilla ya huele a Feria!

© Copyright 2024 Andalucía Información