Cien años se cumplen en noviembre de la aparición en Sevilla de la revista cultural ilustrada Bética (1913-1927) en una época en que la literatura y las artes se difunden preferentemente a través de estas publicaciones, incluida la novela, a la vez que crecía la edición en libro, que será el sistema habitual hasta hoy. El número y la repercusión de las revistas era entonces de mayor trascendencia y casi todos los grandes autores e intelectuales colaboraron con ellas. Bética, vinculada al Ateneo de Sevilla y con vocación regionalista, coincide además y es órgano fundamental para el desarrollo del andalucismo. No hay que olvidar que esta etapa fue esencial para revitalizar la importancia de las tradiciones y raíces regionales, sobre todo en zonas como Cataluña (“Noucentisme”), Galicia, El País Vasco y Andalucía, culminación del proceso que arrancó del romanticismo en la búsqueda de las identidades regionales y nacionales.
El arte, la literatura, la cultura y la sociedad eran los frentes principales de la revista, además obviamente de la reflexión sobre la temática andaluza. Bética, con periodicidad al principio quincenal y luego mensual se publicó entre 1913 y 1917. Dirigida por Félix Sánchez-Blanco, tendrá como subdirector a Félix Sánchez-Blanco y Pardo. Su administrador era el poeta Felipe Cortines y Murube, y más tarde aparecen Santiago Martínez y Martín, como redactor jefe artístico, y Javier Lasso de la Vega, como redactor jefe literario.
En ella colaboraron algunos de los principales intelectuales de esta etapa que coincide con la generación del 14, en plena madurez de los de la generación del 98 y los modernistas. De hecho en el diseño tipográfico resulta evidente esta orientación modernista y del “Art nouveau”.
Escritores e intelectuales andaluces de la importancia de Francisco Rodríguez Marín, Mario Méndez Bejarano, los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero y Ricardo de León, pero también por Salvador Rueda, Gabriel Maura y Gamazo, Armando Palacio y Valdés, Francisco Cambó, Joaquín Hazañas y la Rua, Ángel María Camacho, Joaquín González Verger o Alejandro Guichot ilustran la importancia de la publicación, evidentemente de orientación culturalista y de amplios contenidos.
Los artículos centrados en el andalucismo la convierten en la principal bandera de esta orientación, pero no es una revista doctrinal en sentido estricto, como la revista Andalucía, expresión del andalucismo ideológico, ni tampoco una revista literaria, como las que se especializarán en este campo desde la Generación del 27 hasta hoy, pues la variedad de contenidos es evidente, más o menos en la línea de lo que hoy llamamos “magazine” y que, en definitiva, sigue los planteamientos de muchas revistas del siglo XIX. Reportajes, artículos y crónicas sobre la vida andaluza, la antropología, el mundo del campo, la industria, Iberoamérica, o a las diversas artes y espectáculos, se complementan con páginas sobre modas, deportes, los toros o la actualidad gráfica, todo ello bien ilustrado. También incluyó textos de creación literaria, e información, como es lógico, de las actividades del Ateneo sevillano.
En 1971 el profesor universitario Jacobo Cortines sacó a la luz el principal estudio realizado hasta hoy sobre la citada publicación, donde el interesado en esta fundamental revista sevillana y andaluza podrá encontrar toda la información sobre la misma: CORTINES, Jacobo: Índice Bibliográfico de Bética, revista Ilustrada. Sevilla 1913-1917, Sevilla, Diputación Provincial, 1971.
Este centenario podría ser la ocasión para una edición facsímil de Bética, del mismo modo que se ha hecho, hace unos años, la edición de la sevillana Grecia, la más importante revista española de las vanguardias.
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