Seguimos con la Semana Santa, cuyo relato prometía continuar el pasado miércoles. Y quería destacar algunos actos capitales previos a la misma. Uno es el denominado Via Crucis de la Cruz del Campo. Con independencia de sus veleidades amorosas y sus correrías bélicas, don Fadrique Enríquez de Ribera trajo de Jerusalén a comienzos de siglo XV unas piedras llamadas diamascenas, que se colocaron a modo de vía Crucis desde la Casa de Pilatos al citado templete. Quedan muestras de ello a lo largo de la calle Luis Montoto en forma de azulejos que algunas hermandades sevillanas colocaron y que han ido restaurando. La hermandad de la Pía Unión, a la que tengo el honor de pertenecer, lo conmemora el primer viernes de Cuaresma en el patio de la casa ducal en un Vía Crucis abierto al público, de íntima y bellísima exaltación. El acto se celebra días después del llamado Vía Crucis de las Cofradías, que el Consejo organiza el lunes anterior.
Otro acto, más formal pero de extraordinaria importancia, es el Cabildo de Toma de Horas, que el Domingo de Pasión tiene lugar en la Capilla de la Virgen de los Reyes y que es presidido por el Vicario General, asistiendo el Delegado de Fiestas Mayores. En él, formalmente al menos, se configura la nómina de la semana Santa y sus horarios y se fijan las alteraciones acordadas para el año en cuanto a los mismos. Normalmente estas son consensuadas previamente, lo que no obsta para que se reproduzcan algunas protestas de hermandades que creen postergados sus lugares de orden o que reafirman sus preferencias ante una situación secularmente consentida y adversa. Merecería ser retransmitido por alguna cadena de televisión por su solemnidad y significación.
Es digna de mención la visita que en la mañana del Jueves realiza la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados a la iglesia de San Antonio Abad, sede de la hermandad del Silencio. Allí el Decano de los letrados sevillanos deposita su bastón a los pies de María Santísima de la Concepción, a la que acompañará en la estación de penitencia. La institución se ha caracterizado por su fidelidad al voto concepcionista y el día de la Inmaculada celebran misa en la que hacen protestación de fe los abogados que lo desean. Esta hermandad se caracteriza por pedir la venia precisamente en silencio, entregando a la presidencia del palquillo del Consejo en la Campana una solicitud por escrito, al igual que hace la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder. La de Santa Cruz procesiona con un bellísimo lábaro de plata, que le cede La Real Congregación de Luz y Vela, establecida a comienzos del siglo XIX y que se erige con objeto de hacer oración continua al Santísimo Sacramento. Así se sigue haciendo en las iglesias donde circula el Jubileo de las Cuarenta Horas, que siguen cuidadando sucesivamente todas las hermandades sevillanas. Hasta aquí llegamos, se acaba mi espacio. Seguiremos.
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