No cabe duda de que es un tema candente, porque resulta evidente que la Unión Europea pierde mucha fuerza y cohesión con la salida del Reino Unido; se pierde a un gran aliado que por su importancia ha de ser sin duda miembro de la Unión Europea. Pero también porque su salida de la Unión provoca muchas e inevitables incertidumbres, entre las que cabe citar, por lo que nos afecta a los españoles, el futuro de Gibraltar.
El conflicto sobre Gibraltar se remonta al año 1713 cuando por aplicación del Tratado de Utrech, que ponía fin a la Guerra de Sucesión Española, nuestro país cedió la soberanía sobre ese territorio al Reino Unido. A partir de ese momento siempre han sido tensas las relaciones entre España y el Reino Unido por ese pequeño trozo de tierra con ese enclave especialmente estratégico ya que, no en vano, es el mejor punto para el control del Mediterráneo. Y ahora que el Reino Unido deja la Unión Europea es fundamental saber qué va a pasar con Gibraltar que, no se nos olvide, forma parte del territorio físico de la Península Ibérica, pero sin embargo pertenece a la soberanía del Reino Unido.
El pasado fin de semana se reunieron los más altos representantes de los Estados Miembros para cerrar definitivamente el texto que ha de regular las relaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea una vez se haya hecho efectiva la salida, cobrando especial interés lo relativo a la situación en la que ha de quedar Gibraltar. Las tesis de los Estados implicados han sido durante el fin de semana diametralmente opuestas. España ha sostenido que todo lo que tenga que ver con Gibraltar ha de ser aprobado por nuestro país. El Reino Unido ha sostenido lo contrario, es decir, que lo que deba ser en el futuro, Londres lo negociará directamente con la Unión. Al final la solución que se le ha dado a esta controversia ha consistido en no modificar el texto del acuerdo presentado y redactar además una declaración referida únicamente sobre Gibraltar.
Y en la interpretación de esta nueva declaración y su valor jurídico es donde de nuevo surgen las diferencias. El Gobierno español afirma no tener la más mínima duda de que esa declaración aprobada por los 27 no es meramente interpretativa, sino que tiene un claro valor normativo. Sin embargo, los representantes del Reino Unido sostienen que tiene un valor únicamente interpretativo. No obstante, parece que algunos países de los 25 restantes están declarando de forma expresa que se inclinan por reconocer la tesis española.
Esperemos que esto sea así y no vaya la cosa a más por el bien de todos, porque los adversarios políticos de nuestro presidente ya lo están utilizando como arma arrojadiza...
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