La recta final

Publicado: 26/09/2017
No me negarán que asistimos a uno de los momentos más importantes para la historia de este país, debido al dichoso desafío independentista...
No me negarán que asistimos a uno de los momentos más importantes para la historia de este país, debido al dichoso desafío independentista. Si bien, coincidirán conmigo, en estar ya un poco cansados y deseando que la cuestión finiquite, si bien que sea para bien de todos los españoles, aunque lo vea profundamente complicado.

Efectivamente estoy harto del referéndum ilegal, del votarem, del derecho a decidir, de la CUP, del Puigdemont, de la Forcadel, del #Españanosroba… pero no puedo evitar, aun así, reconocer la expectación y curiosidad que me invade por saber finalmente lo qué acontecerá el próximo domingo, y cómo acabará la cosa. Conocer definitivamente la magnitud del conflicto y sus consecuencias finales, es algo que creo que nadie puede afirmar a 4 días vista.

El complicado y criticado papel del Gobierno, para algunos demasiado indolente y paciente, y para otros todo lo contrario, se verá retratado estos días, y de su preconcebido y silente plan para gestionar el conflicto dependerá el devenir de los acontecimientos. Doy por seguro que, tanto una parte como la otra, guardan ases en la manga que aparecerán conforme se produzcan determinados hitos, y el nivel de crispación suba. Aunque no descarto que finalmente no pase gran cosa, y que el Gobierno haya conseguido evitar la posibilidad material de votar, con la Ley en la mano, y sin ampliar excesivamente las heridas ya existentes, y finalice con la típica foto con los de siempre gritando y haciendo un teatrillo, pero poco más.

Pero dentro de esa mezcla de hartazgo y curiosidad, precisamente ahora, que estamos en la recta final, noto un claro deshinchamiento del conflicto, y que parte de España (yo el primero) nos estamos tomando la cuestión con cierta frivolidad y relajación. A ello ha ayudado no solamente el cansancio del respetable, sino la objetiva debilidad del discurso independentista que ha ido aflorando sola. No puedo negar que me he reído mucho con el video de los Morancos, así como con algunas ocurrencias twitteras, y he disfrutado tremendamente confirmando la endeblez como político de Puigdemont a la vista de la entrevista de mi poco admirado Évole, que pasará a la historia por el zasca de la votación por la determinación del Kurdistán, así como la fundada teoría de que Triana tiene más derecho que Cataluña a ser independiente o que el Sevilla FC debiera haber sido líder de la Liga la semana pasada…

Pero no paro de pensar en aquellos catalanes de bien, que se sienten españoles, y que están sufriendo desde dentro las presiones de los independentistas, así como en los Policías y Guardias Civiles, y miembros del Gobierno desplazados, que son los que verdaderamente están defendiendo la Unidad de España. Es por lo que quiero manifestarles que no están solos, y que cuentan con nuestro apoyo, respeto  y admiración.

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