Aunque no soy ni mucho menos un analista político, sino que más bien cada vez me interesa menos la política, en estos tiempos de resaca electoral no puedo evitar dedicar este artículo a dar mi opinión sobre los resultados de las elecciones andaluzas del domingo.
Lo que ha pasado con el PP era algo que todos sabíamos. Dice Esperanza Aguirre que la culpa la tiene que el candidato fue elegido a dedo en lugar de en un congreso abierto. Creo que la primera culpa está en que se elige para Andalucía un candidato que es desconocido y que carece de todo carisma, en una decisión evidentemente miope de un partido que nuevamente creyó que cualquier medida de ese tipo se puede tomar desde Madrid sin jugársela con alguien que de verdad tenga capacidad para atraer al electorado y ser un nuevo líder andaluz. Qué diferente forma de actuar en Madrid, donde se elige por el contrario a quienes pueden ganar como Aguirre, sean más o menos fieles a la cúpula actual.
Y a ello se une el descontento con el PP de sus votantes por las continuas promesas incumplidas y por medidas y decisiones que en absoluto responden al programa y a lo que esperaban de ellos. Sin duda Rajoy pensaría que con eso de repetir machaconamente que la economía va bien todo se solucionaría y se han pegado un batacazo de campeonato.
A ello se une la enorme ascensión de Ciudadanos, que ha logrado calar en buena parte de ese electorado del PP descontento que se había prometido a sí mismo no votar a ese partido en estas elecciones. Ello junto a un discurso inteligente de un líder a quien le ha venido muy bien lo que se ha percibido como un desplante de orgullo infundado de Rosa Díez y su partido, que ha polarizado hacia él todo ese voto.
Podemos se queda con expectativas insatisfechas, aunque a mí me resulta una ascensión y un fenómeno que me siguen pareciendo incomprensibles y que no logro entender cómo han logrado calar de esa manera sin ofrecer nada real más allá del manejo del descontento.
Y en todo caso se viene a demostrar nuevamente que la maquinaria del PSOE sigue funcionando en Andalucía como en ningún otro sitio, cuando además pienso que en estas elecciones incluso se ha aprovechado de que muchos habrán pensado que el voto útil era precisamente votar al PSOE, aunque ello suponga que sigamos con el mismo partido por los siglos de los siglos.