Alfonso Pérez
Tal vez sea la frase que reúna en una sola expresión la foto de esta pandemia. Por un lado, la gestión realizada por parte del Gobierno y por otro lado los miles de españoles que han perdido la vida sintiéndose abandonados por el sistema que han financiado durante toda su vida. Las familias desechas, destrozadas y completamente reprimidas en la expresión de sus sentimientos hacia los seres queridos que nunca volverán a ver.
Estas personas, cuando han salido de sus casas hacia el hospital, ya lo hacían con una despedida definitiva en sus caras. No era solo la enfermedad, es saber que casi con toda seguridad estás saliendo por última vez de tu casa, la última vez que sentirás la mirada y el cariño de tus familiares. Ahora, cuando pases a ser un número más en las salas de enfermos, solo podrás sentir la desesperación de los profesionales de la sanidad que como jabatos están librando una ardua batalla.
Verás sus caras de derrota por la falta de medios, los verás agotados y abandonados por las instituciones y los hombres grises de la Administración. Cada día que pasa las fuerzas de tu resistencia se agotan al igual que las de los sanitarios que tras un breve descanso vuelven a la lucha. Una lucha con un enemigo invisible pero infinitamente peor que el virus, son esos “pollos sin cabeza” que gestionan el país sin criterios, ni planes, ni tan siquiera con humanidad.
Verás, mientras te queden fuerzas, como muchos de los que tienes alrededor cerrarán los ojos por última vez, dejarán salir una lágrima mientras sueltan su último aliento, lo harán antes de salir en las noticias diluidos en los números que forman parte de la lista de muertos en la rueda de prensa del Gobierno. El número de muertos del Gobierno crece a diario mientras ves llorar a los sanitarios liberando la cama de al lado, y la otra, y la de más allá.
Te preguntas hasta cuándo resistirás, cuando quedará libre tu cama y pasarás a ser otro muerto de las estadísticas del Gobierno. Cada vez que abres los ojos estás más cansado y los sanitarios más desesperados sin medios para atenderte y encima tendrás que sentirte afortunado porque hubo una plaza en una cama para ti, tal vez porque alguien engordó primero la lista de muertos del gobierno.
Cada vez que salen en la rueda de prensa diaria nos preguntamos; ¿cuántos muertos habrá hoy?, ¿cuántas familias quedarán rotas hoy?, ¿cuántas lágrimas derramadas nuevamente?, ¿cuántos se podrían haber salvado con más medios?, ¿cuántos más pasarán a formar parte de las listas de muertos de este Gobierno irresponsable?
Nos toca escuchar la diaria charla sin contenido, la diaria lista de excusas que nadie ha pedido y cuando acaban de soltar las listas de autobombo solo nos queda rezar por el eterno descanso de esos en los que pensamos y por los que lloramos, los muertos del Gobierno.
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