La tribuna de El Puerto

¿Nos están tomando el pelo?

¿O es que ahora, Otegui es un ejemplo de transición política? Para colmo, nos llega la sentencia del caso ERE

Publicado: 29/11/2019 ·
10:31
· Actualizado: 10/12/2019 · 14:54
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Viva El Puerto

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Alejandro Merello

Hagamos hoy un ejercicio: imagínense que vuelven a la infancia y despiertan de este viaje con la inocencia intacta, sin influencias políticas ni ideológicas. Con la única lógica de la razón.  

El ejercicio parece sencillo, pero les advierto que no deben dejarse engañar por las apariencias, que la lógica se complica con la realidad. ¿Ya?, ¿han despojado a su conciencia de influencias ajenas a la lógica personal?

Veamos: ¿Qué pensarían si les digo que la Ley ampara al usurpador por encima del usurpado? Me dirían que eso es un argumento de una película barata, con guion de injusticia, ¿verdad? Pues no, es la realidad. En estos días hemos contemplado como expulsan de una sala a un padre por dirigir unas palabras -en un tono que a ver quién es capaz de mantener en su caso- al asesino confeso de su hija.

Un asesino al que no podremos juzgar en su totalidad por quedar las evidencias que lo señalan sin duda alguna, fuera del ámbito de la medicina forense ¿Quieren que les recuerde el caso de Marta del Castillo?, ¿los casos de maltratadores o violadores reincidentes tras abandonar la cárcel antes de finalizar su condena? ¿El del señor de los tirantes, asesinado a manos de un condenado por dejar tetrapléjico a un guardia urbano? ¿O prefieren que les recuerde los casos de ocupación de viviendas por el método de la patada en la puerta?

Y esta controversia legal, como reflejo de nuestra sociedad, tiene su reflejo en nuestra clase política. Una clase política que premia el halago por encima de la capacidad, dando como resultado a una clase mediocre, sin antecedentes de interés en la vida privada. Pero, desgraciadamente, con antecedentes penales en algunos casos.

¿O es que ahora, Otegui es un ejemplo de transición política? Y ya, para colmo de males, nos llega la sentencia del caso ERE. Más de seiscientos millones de euros que han desaparecido, todo para sustentar una red clientelar que ha permitido que los de siempre mantengan su estatus. Pero ni “Manolo, ni Pepe han robado”, más bien hay que pedirles perdón porque “no se han llevado ni un duro a casa”.

Pero… ¿¡nos están tomando el pelo!? ¡Despiértenme de este sueño, por favor!

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