Comienza un nuevo curso político y como el que no quiere la cosa, septiembre deja atrás unas vacaciones que valen para esa necesaria desintoxicación informativa, para tomar aire y para coger fuerza ante lo que se avecina. Y no es poco.
En ese impás, el lavado de cara de la ciudad era tan necesario y tan urgente que a poco que se ordene, cualquier medida hará que El Puerto recupere en parte el tiempo perdido. Con él tampoco nos debe despreocupar de que todo está ya arreglado. Sirve para asear y para mantenernos ocupado tras la pasividad imperante.
En estos algo más de 100 días de legislatura, todos, Gobierno y oposición, ya han mostrado las cartas lo suficiente como para que se presuponga que cualquier asunto será un choque constante y reiterado. Al tiempo. Ya nos han dejado varios ejemplos.
En estos tres meses y siguiendo la línea anterior ya ha habido una dimisión, la del que debía liderar un “cambio”. Con su renuncia lo único que dejó claro que el que ganó las elecciones fue el PP, pero el que sustenta el Gobierno en minoría es Cs con su rechazo tanto a los imputados como a la entrada de Vox. Un dos por uno que le ha valido al “independiente” Curro Martínez ser llave, que no cerradura.
A la salida de Carmelo Navarro, el “fichaje de Primera”, el mercado se cerró con la fallida subida de sueldo. “La oposición no se enteró bien de lo que dije o no me expliqué lo suficiente”, dijeron voces populares en su exculpación. La jugada salió rana y encima sustenta a cada portavoz de la oposición con 1.800 euros mensuales.
Un despropósito que le asegura con ello dedicarse en cuerpo y alma a criticar cualquier decisión llevada por el patrón. Javier Botella, de Unión Portuense y el más acérrimo con el tema de los sueldos, frenó su ímpetu con la boca y puso la mano de camino. ¿Recuerdan? La pela es la pela.
Por su parte, los “vendo consejos que para mi no tengo”, o sea, los ex anterior equipo de Gobierno; es decir, no De la Encina sino González y no IU sino Adelante, denuncian, ahora, un caso de enchufismo en el servicio de limpieza. Sí, han oído bien. ¡Un enchufismo en la basura! Será cuestión de ADN familiar. Los despojos siempre fueron abono perfecto para la utilización política. De ello, tanto uno como otro, saben de eso. ¿Preguntamos al denostado Antonio Chacón? Mejor otro día.
Y la guinda del pastel veraniego se lo lleva la empresa que mejor funcionaba decían unos, El Puerto Global, que engloba la mejor definición de cómo adaptar un ente para servicio propio ante el compromiso personal y político. Ah, por cierto, me gustó la canción de campaña. 1.000 euros mensuales bien lo vale. Seguiremos. Adiós al calor.
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