Leocadi Benavente
Esa es la defensa de David de la Encina. Es su palabra, su criterio, la extensión que él le da al concepto. No se si a ustedes les pasa, pero lo que a mí me provoca esa afirmación es precisamente pensar que no lo es.
Pienso también, cuál habría sido la reacción de De La Encina, que otra cosa no, pero el verbo lo tiene fluído, si quién hubiera sido pillado en la barbaridad de solicitar que la administración le permitiera cobrar sin ir a trabajar hubiera sido un Alcalde del PP.
Los lloros y pucheros de hoy se habrían convertido en puñales dialécticos. Habría ardido la plaza del Ayuntamiento. En una ocasión, David y yo comentamos sobre la profesión de Abogado que él en su día también ejerció.
Me decía que ejercer en los Juzgados era muy duro y que estaba mal pagado. Es verdad que es una profesión dura pero también es bonita. Cuando se ha conocido el contenido del correo yo recordé sus palabras y pensé que claro, es más sencillo estar en una de esas empresas o fundaciones de la Junta de Andalucía con sueldos buenos y trabajos tan relajados que el propio De La Encina explica que con la colaboración de dos de los compañeros no se nota que uno deja de ir trabajar.
Nos ha intentado convencer el Alcalde, que cuando pedía que otros hicieran el trabajo por él para el más noble fin de ganar la alcaldía de El Puerto para el PSOE, lo que estaba solicitando era “más flexibilidad”. Además de ser “un listo” nos toma a los demás por imbéciles.Todo el mundo sabe que la flexibilidad se solicita a recursos humanos y en los términos que reconozca su convenio colectivo.
Pero claro, De La Encina dice “más flexibilidad” por lo que parece que él ya la tenía y que necesitaba más de la que la legalidad le permitía. Hay que reconocer que el correo es genial. Ni su peor enemigo podría haberlo hecho mejor. Involucra a Irene García, Presidenta de Diputación, a Chiqui Jiménez Barrios, ex número dos de la Junta de Andalucía, a su Jefa en el CADE, la tal Vanesa, y a sus compañeros, que los nombra para decir que serán los cómplices de su fechoría. Y las frases y argumentos que emplea para justificar su petición son sencillamente deliciosas.
Para enmarcar. Ante la falta de pudor del Alcalde, que entiende por honradez algo distinto del común de los mortales, solo queda que sean otros quienes prueben si efectivamente David De La Encina se pudo centrar en conseguir la Alcaldía de El Puerto para el PSOE en vez de acudir a su puesto de trabajo. Y eso sólo se puede hacer desde la Fundación y desde la Junta de Andalucía, y sólo lo pueden hacer aquellos que están pidiendo todos los días su cabeza, PP y Ciudadanos..
A ellos hay que exigirles que no se comporten como “la derechita cobarde” y metan luz y taquígrafos en ese pozo sin fondo de gasto y privilegios que es la administración paralela de la Junta de Andalucía. Porque es el dinero de todos.
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