Alejandro Merello
Seguramente ustedes, como yo, no recordarían un nombre como el de Walter Lippmann. Ahora bien, si les digo una de sus famosas frases, seguro que saben a quién me refiero: “los periódicos de hoy envolverán el pescado de mañana”.
Nuestro amigo Lippmann era un intelectual norte americano que acuñó un pensamiento acerca de la diferencia entre verdad y noticia. Para él, el fundamento de una noticia era revelar un hecho acontecido, mientras que la verdad tenía como objeto esclarecer hechos ocultos para ser valorados en su justa medida.
Verán, hace ya más de un año les relaté el bochornoso episodio sucedido en el último comité ejecutivo del Partido Popular de El Puerto en el que intervine como miembro. Una vez finalizado este y tras impedir durante su desarrollo, por métodos más propios de portero de discoteca que de miembros de un partido demócrata, la entrada al anterior secretario general (Isidoro Seco), éste denunció al dirigente provincial allí presente (Antonio Saldaña) la falta de justificación de ciertas cantidades pertenecientes a la asignación que el consistorio abona al grupo municipal.
En ese comité y teniendo como testigos a varias personas, Saldaña concedió un plazo determinado para que el recién nombrado presidente (Germán Beardo) justificara esas cantidades. Plazo que, entre ustedes y yo, ya está vencido con creces sin explicación alguna dada. Les he relatado un hecho acontecido ante varios asistentes al citado comité. Hasta ahí la noticia.
La semana pasada se hizo pública una carta en la que el Sr. Seco denunciaba la falta de esa cantidad –más de 30.000 euros- que seguían sin justificar por parte del Sr. Beardo. Carta que acompañaba de varios documentos que cronológicamente fue coleccionando como consecuencia de sus contactos con la dirección del partido.
Aquí tienen otra noticia. Ante estas acusaciones, el Sr. Beardo se defiende argumentando que desde que él es el responsable, todas las cuentas han sido aprobadas por el grupo municipal –del que yo formé parte hasta hace casi un año- y posteriormente, presentadas ante notario.
Tengan en cuenta que fue nombrado portavoz a inicios del mandato. Aquí la última de las noticias relacionadas con este desagradable episodio de los dineros públicos. Déjenme que me extienda y ahora les cuente una verdad: jamás, y digo bien, jamás, mientras yo formé parte del grupo municipal, esas cuentas fueron aprobadas por alguno de mis compañeros o por mí.
De ahí otra verdad: difícilmente unas cuentas que no han sido aprobadas por el grupo pueden ser posteriormente depositadas ante notario para que diera fe de que sí se ha hecho. Que dicho de paso, es lo que puede hacer un notario.
Que para aprobarlas, la figura es el auditor. Ya no les hablo sólo de mis compañeros Consuelo Lorenzo o Gonzalo Ganaza, de los que sé puedo hablar en su nombre. Sino que aquellos que también nos acompañaron en la denuncia pública de lo que a nuestro entender era un uso incorrecto de la representación en nuestro partido por parte del nuevo presidente, Damián Borne y Carmen Molina, son testigos recientes de que, hasta la fecha, jamás e insisto: jamás, se han aprobado esas cuentas por el grupo municipal.
Y eso es otra verdad. Ahora me dirijo, si me lo permiten, a mis antiguos compañeros que siguen ejerciendo la función pública, a aquellos que no nos acompañaron en la denuncia: sabéis que el hecho es así. Sabéis que cuando digo “jamás”, es “jamás”.
Nosotros, los que dimos un paso al frente en su día, no podemos ser cómplices de algo que no se ajusta a la verdad. Y lo que no se ajusta la verdad, compañeros, todos sabemos que nombre recibe… Puede que este episodio al final quede en papel mojado, envolviendo el pescado mañana. Pero les aseguro que yo prefiero pasar hambre a comerme semejante pescado podrido como lo están haciendo algunos… o como dirían los nuevos progres: algunos y algunas.
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