Dicen las malas lenguas que la aguerrida ex vicepresidenta del Gobierno de España mantiene una capacidad para influenciar en sus “tropas” que va más allá del que le otorgaría un liderato natural y voluntariamente aceptado. Mantiene aún la ex vicepresidente una estructura que ha jugado a su favor en estas primarias estilo PP.
Sería injusto hablar de “pucherazo” pues la votación fue secreta, pero las consignas volaron y las indicaciones sobre el sentido del voto se hicieron evidentes en muchas sedes populares. Y así se lo he oído a algún miembro del comité local de nuestra ciudad que sin reparo alguno proclamaba su admiración por Casado pero anunciaba su voto a Soraya por eso de la obediencia a las órdenes, en esta ocasión órdenes que partían desde el mismo corazón de la sede provincial, “pues Soraya es quien lo sustenta”.
Así, no es de extrañar que en los informativos nacionales anunciaran en días previos a la votación popular que Cádiz, Sevilla y Huelva se posicionaban con la ex vicepresidenta, ¿Ya habían consultado a sus bases, a los miles de afiliados? ¿Afiliados? Déjenme que les hable de los afiliados. El Partido Popular se presenta como un partido con un amplio respaldo de sus bases, más de ochocientos mil afiliados componen sus filas de manera activa. Y es ahí donde está el error.
Si extrapolamos lo que sucede en El Puerto y el uso que se da a esos afiliados (aquí el Partido maneja cifras cercanas al millar de afiliados), descubrimos que esta lista de afiliados activos la componen nombres que efectivamente lo fueron en su día. Pero darse de baja de ella, les garantizo que es más difícil que romper una relación con una compañía de telefonía móvil. Simplemente no interesa. ¿Qué no pagas cuotas? No te preocupes, lo importante es que el número no baje, y poder mostrar esa lista al que ocupa un sillón un poco más arriba para alardear de apoyos.
Y de esto les hablo con la total facultad que otorga el haber sido testigo del uso torticero de estas listas… más de uno se sorprendería, por ejemplo, de ver su nombre en un aval de apoyo a Antonio Sanz en su candidatura a la presidencia provincial al lado de una firma que no reconocería y que por supuesto, no partió de su puño y letra.
Pero claro, hay que mostrar el dominio de las bases aunque esta sean menos reales que… ¿cómo era aquello? ¡Ah, sí!: “un duro de Popeye”. El sistema no se regenera, se defiende y se sostiene. Siempre oí hablar de la estructura consolidada del PSOE en Andalucía pero, y esto lo digo con cierta amargura, observo la misma estructura en mi partido.
Y me surgen dudas si soy yo o es el partido el que no encaja pero mientras vea en esa estructura el cáncer de mi partido, seguiré en la denuncia. Siempre que vea un atisbo de posibilidad de regenerar, ahí estaré y cuando ya no reconozca a mi partido, lo abandonaré y me pelaré como contra una compañía de telefonía móvil por desaparecer de la lista de afiliados.
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