Leo que Silvia Gómez plantea en la comisión informativa de Hacienda si es ético llevar a Pleno la modificación de las tasas de suministro y saneamiento de Apemsa, teniendo en cuenta que hay cuatro concejales dimitidos cuyas actas no han sido aún cubiertas.
Acusa al Gobierno municipal de querer sacar adelante una propuesta ya rechazada en otras ocasiones aprovechando los males del PP y de Levantemos, que son los dos partidos que han sufrido bajas en este mandato.
Dice la lideresa de Ciudadanos que la votación en estas condiciones no reflejaría el apoyo de la ciudadanía manifestado en las urnas. Es una realidad. Pero a algunos les va a servir para visualizar en qué se van a quedar en las próximas elecciones municipales.
Deben ir acostumbrándose a estar más holgados en el grupo municipal porque eso es lo que les espera. No parece que el PP en estas condiciones esté capacitado para sacar más de seis concejales en las siguientes elecciones municipales. Igual que ocurre a nivel nacional, parece que no va a haber un partido que sobresalga en votos de manera clara sobre los demás, por lo que los pactos serán más necesarios y legítimos que nunca. Queda un año para las elecciones y llama la atención la falta de propuestas de los partidos para convencer a la ciudadanía. Escasamente se habla de temas de calado.
El PP, que es quien tiene la mayoría en el pleno, no ha sabido aprovechar este tiempo de oposición para rearmarse ideológicamente, sino que ha perdido apoyos y votos por las costuras. Y ha permitido que el equipo de Gobierno se consolide.
En la calle se oyen muchas cosas, unas a favor y otras en contra pero más de un empresario que antes nadie hubiera dudado que votaba al PP, hablando de las próximas elecciones me decían la buena impresión que les había causado el alcalde actual por su amabilidad y disponibilidad, y que en las siguientes lo votarían.
Son gente bien relacionada, que hablan a otros que tienen escaso contacto con el ayuntamiento de su visión de quién está más capacitado para gobernar. Como dice el refrán, “camarón que no nada, la corriente se lo lleva”.
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