Días atrás me llamó la atención una noticia que relataba como el concejal de Urbanismo, Sr. Quintana, junto con algunos técnicos del área, se había desplazado a Madrid para reunirse con gestores de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), a fin de mitigar las consecuencias que la ampliación de la zona de servidumbre aérea del aeropuerto de Jerez ha introducido en la tramitación de licencia de obras en nuestro municipio. La iniciativa me parece plausible, aunque se haya producido seis meses después de que dicha servidumbre apareciera en el BOE allá por el mes de septiembre de 2017, y que el margen de maniobra, con una ley estatal por medio, sea muy reducido.
La preocupación del concejal radica en que el trámite de la autorización por parte de AESA puede alargarse entre tres y seis meses, con la consiguiente dilación en las iniciativas e inversiones propuestas por particulares o instituciones. Si este retraso le inquieta, no me quiero ni imaginar cómo se sentirá por la tradicional servidumbre administrativa que reina en Urbanismo y que bloquea de forma constante la correcta agilidad del proceso de concesión de licencias. Y supongo que serán incontables las reuniones que ya ha tenido con los técnicos a fin de buscar una solución al problema. No vaya a suceder que, entiéndase la ironía, llegue de AESA una resolución favorable sobre un expediente antes de que el mismo se le llegue a remitir desde el ayuntamiento de El Puerto. Como expone el refrán, parece que el edil de urbanismo ha visto la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
Cambiando de tercio, pero no de lidiador, también hemos conocido que al Sr. Quintana, y al conjunto del equipo de gobierno, se le ha quedado desierto el pliego de concesión de la plaza de toros, lo que pone en peligro la celebración de festejos taurinos y conciertos este verano en El Puerto. Echando un capote, pienso que el pliego, salvo en el hecho de hacer recaer sobre el empresario el peso de la escuela taurina y la indefinición económica de los costes de mantenimiento de la plaza, es aceptable y varía muy ligeramente del anterior. La servidumbre impuesta por los promotores taurinos parece más alargada que la del aeropuerto de Jerez. Quizás habría llegado el momento de pensar en otras fórmulas para la explotación de nuestro centenario coso, o ¿es qué la remunicipalización solo es válida para APEMSA?
Por fortuna para el equipo de gobierno su nula gestión en éstos y otros asuntos no encuentra respuesta en una oposición que ya se encuentra inmersa en una servidumbre de bajos vuelos, la contienda por la confección de las próximas candidaturas electorales.
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