La Taberna de los Sabios

Estás enganchado a Facebook, lo siento

¿De verdad alguien creía que sus datos no eran espiados, mercadeados, prostituidos? Llevas tiempo exhibiendo tus intimidades

Publicado: 04/04/2018 ·
09:00
· Actualizado: 04/04/2018 · 09:00
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Autor

Manuel Pimentel

El autor del blog, Manuel Pimentel, es editor y escritor. Ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales

La Taberna de los Sabios

En tiempos de vértigo, los sabios de la taberna apuran su copa porque saben que pese a todo, merece la pena vivir

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Siento decírtelo, pero ya estás enganchado. O enganchada, entérate. Utilizaré el masculino genérico, así que date también por aludida. Estás enganchado, como te decía, sin solución posible, además. Perdona mi brusca sinceridad, eres un adicto a las redes sociales. Estás aún sin diagnosticar, pero presentas más síntomas que la enciclopedia médica universal al completo, vamos. No te das por aludido, pero valoras casi por igual tu vida virtual, tu yo digital, que tu yo real. Y lo malo es que tienes motivo para ello: molas más en tus mensajes y en tus fotografías en las redes que en tu vulgar realidad. Se te ve más guay a través de una pantalla que frente a frente. Ya te digo, tu vida depende ya de las redes sociales, No deseas reconocerlo, pero tu yo virtual, tus contactos, tus links, tus Me gusta, tus seguidores, tus tonteos, te realizan más que tu gris cotidiano. Ya no vives para vivir, vives para colgar tu vida en Facebook

Pero eso es gratis, me dices. No, no te equivoques, no lo es y lo sabes. Lo has leído en la prensa estos días. Facebook ha espiado a sus usuarios, usando sus datos sin recato alguno. El escándalo ha sido mayúsculo, el valor de sus acciones se ha desplomado, Mark Zuckerberg ha sido citado en el Parlamento de Gran Bretaña... Imbéciles, no seáis hipócritas, por favor. ¿De verdad alguien creía que sus datos no eran espiados, mercadeados, prostituidos? Llevas tiempo exhibiendo tus intimidades y ahora te haces el estrecho porque dices que alguien te observa. Anda, ya. Cuando el producto es gratis, el producto eres tú. Facebook y las demás redes sociales, no te cobran dinero, se cobran en especie. Tú y tus datos son el precio que pagas por la dosis diaria que precisas de sociabilidad. ¿Y quién sale ganando? ¿Ellos o tú?

Dices una cosa y haces otra, ¿no te das cuenta? Te rasgas las vestiduras, pero sigues enganchado a las redes. Fuera ya no eres nada. Tu privacidad vale menos que tu conectividad. Prefieres estar en la onda, con los demás, que aislado en el tenebroso exterior. ¿Existe vida ahí fuera, acaso? Fuera hace frío, afirmó el Guerra político. Pues eso, jamás ya podrás desengancharte. Necesitas tu chute diario de redes y estás dispuesto a pagar cualquier precio por conseguirlo, tu intimidad, tus datos, ¿qué más te da?

Afirmas que en verdad a ti no te interesa, que te apuntaste por tu negocio, por tu trabajo. No te creo. ¿Vendió alguna vez alguien algo por Facebook? Nadie, y lo sabes. No, no estás ahí por motivos profesionales. Estás ahí porque te gusta saber de los demás y para que los demás sepan de ti. Estás en tu libre derecho, desde luego. Pero no te llames a engaño, por favor. Sigue exhibiéndote, cotilleando y ligando si te gusta y te apetece, pero no me vengas con las milongas esas de tu trabajo y demás, no me tomes por tonto, por favor. Estás por lo que estás, como todos, vamos.

Spielberg tiene nueva película. Se llama Ready Player One y muestra a la sociedad del futuro cercano enganchada a Oasis, una realidad virtual en la que los avatares de cada uno viven una vida llena de aventuras y posibilidades. El protagonista lo explica con tino: “La gente entra en Oasis por todo lo que puede hacer y se queda por todo lo que puede ser”. Exactamente como tú, reconócelo. “Es el único sitio en el que me siento que soy alguien”. Ojú, que duro, pero que cierto. ¿No te pasa a ti también? ¿No tienes más éxito social en las redes que en la realidad? ¿No pareces más brillante, más inteligente, más líder? ¿Cómo, entonces, puede alguien pedirte que te desenganches?

Y ahora, perdona, debo dejarte, la tarea me agobia. Tengo que responder a doce grupos de whatsapp, poner un par de mensaje en twitter, colgar mis fotos en Instagram, subir a Facebook la chaqueta nueva que me he comprado y darme de alta en Pinterest, que me han dicho que está muy bien. Pero antes, déjame que lo diga por última vez: estás enganchado, ¿no lo sabías?

 

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