Nos encontramos ya en el cuarto y último año de la corporación municipal que salió de las urnas en 2015, el más importante, pues culmina con la nueva cita electoral de mayo de 2019 y los partidos políticos tienen que actuar, más que nunca, en clave de obtener votos o, al menos, no perderlos.
Al equipo de gobierno de PSOE e IU todavía le quedan unos meses para poder maquillar los incumplimientos de su programa. Solo por nombrar los más destacados: remunicipalización del 100% de APEMSA; no construcción de los parkings; plan de empleo municipal dotado con un millón de euros; rehabilitación urbanística y comercial del centro histórico. Pero, en especial, para no meter la pata con decisiones polémicas, como la que en estos días hace correr ríos de tinta en relación con los cambios en la nomenclatura del callejero de la ciudad.
Cuando la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica se realiza de forma partidista, revanchista y sin unos fundamentos históricos contrastados, da lugar a que se pierda uno de los objetivos principales de la Ley: “adoptar medidas complementarias destinadas a suprimir elementos de división entre los ciudadanos, todo ello con el fin de fomentar la cohesión y solidaridad entre las diversas generaciones de españoles en torno a los principios, valores y libertades constitucionales”.
Desde luego, aquí en El Puerto, el gobierno PSOE-IU ha logrado todo lo contrario, al promover y atizar la discordia y el recuerdo más negro de las dos Españas, algo que hasta víctimas del franquismo le han recriminado. Está claro que la permanencia del sr. Alcalde en su puesto ya no depende de él. Será la marca PSOE la que pueda salvarle, en especial si Susana Díaz reedita su gobierno en la Junta de Andalucía, desde la que podrían llegar algunas ayudas (visitas de cargos, promesas de inversión); y si Pedro Sánchez, en el próximo mayo, sigue en la Moncloa utilizando los medios de comunicación públicos para vender una acción de gobierno solo posible de realizar cuando consiga, tras elecciones, una cómoda mayoría parlamentaria.
En la oposición municipal, Levantemos sigue con su descomposición interna (dimite su concejal más mediático). Ciudadanos sigue barajando las cartas trucadas sobre quien encabezará su lista. Y el PP, tras apoyar los presupuestos, ha decidido subir el tono crítico de sus declaraciones, aunque evitando que los ataques provengan directamente de su candidato a la alcaldía, a fin de mostrar su lado más amable y conciliador. La carrera ha comenzado. Los votantes deben tener memoria y precaución con los cantos de sirena de las promesas irrealizables.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
