La Pasión no acaba

El garabato de Oehlen

Pues a mí tampoco me gusta, la verdad. Pero asumo con naturalidad que el gusto es algo intransferible, único, peculiar, tan de uno como el sentimiento...

Publicado: 18/12/2019 ·
22:46
· Actualizado: 18/12/2019 · 22:46
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  • La presentación del cartel. -
Autor

Víctor García-Rayo

El periodista Víctor García-Rayo es el presentador y director del programa La Pasión de 7TV Andalucía

La Pasión no acaba

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Pues a mí tampoco me gusta, la verdad. Pero asumo con naturalidad que el gusto es algo intransferible, único, peculiar, tan de uno como el sentimiento, como la manera de ver el mundo, como la forma de respirar cuando amanece un nuevo día. Por eso no puedo culpar a Oehlen, ni a la Maestranza, ni a los defensores de un cartel que no está hecho para gustar. La culpa es mía, en todo caso. Su génesis real es formar parte de una colección de pintura contemporánea que -dicho sea de paso- se está convirtiendo en uno de los registros de la disciplina más importantes del sur de Europa.


En la colección de la Real Maestranza comparten paredes Larry Rivers con Fernando Botero; Alex Katz con Francesco Clemente; Eduardo Arroyo con Juan Romero o Carmen Laffón con Pérez Villalta. Están Francisco Reina, y José María Sicilia o Ricardo Cadenas. Y conviven Félix de Cárdenas con Manuel Salinas. Y, sí, todo cabe, como cupieron Juan y José.


¿Por qué tiene la Real Maestranza que contratar a un pintor más cercano al realismo del gusto de los aficionados más clásicos que sólo buscan en un lienzo que “se parezca” a la realidad que ven sus ojos? A ver. ¿Por qué?


No. El cartel de este año no lo ha garabateado ningún niño. Seguramente nosotros seamos imberbes a la hora de entender la línea abstracta de las cosas del arte y no tengamos madurez para aceptar el expresionismo en negro. Y lo digo yo, seguidor impenitente de Murillo, Velázquez, Valdés Leal y Sorolla. Aparquemos los gustos y cojamos al toro por los cuernos, por los pitones de unas embestidas llamadas a mostrar la bravura del óleo moderno. ¡Seré clásico yo! Pero hay que abrir los ojos, estoy convencido.


Un maestrante pintor (el añorado Juan Maestre) sentó las bases de una magnífica colección que está tomando un cuerpo espectacular, un valor incalculable. Lo visionó, se adelantó a los gustos y a día de hoy la Corporación de caballeros del Arenal sigue alimentando una estela, más allá de los gustos, completamente excelsa que ofrece más luz de la que queremos ver.


Últimamente veo en Sevilla más gallistas de los que hubo jamás. Antes los ubicaba más en la acera de la quincalla del padre de Belmonte, pero se ve que aquí se cambia pronto de bando o de chaqueta. Ahora resulta que José va a ser de verdad el torero más relevante. ¿Antes quizá no lo era?


El cartel es una herramienta llamada a acompañar. Al final se trata de anunciar el hecho de las corridas de toros y festejos taurinos. Y fijarse en el cartel que aparece impreso en la entrada cuando uno va a los toros es como ponerse a mirar las caídas del palio cuando llega la Macarena. La Virgen de José.

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