Después del inesperado coronavirus y del tema de los indultos, que era un sapo que tenía que tragarse sin complejos para llegar hasta el final de la legislatura, ya no hay nada que se interponga entre Sánchez y una remontada que lo lleve a una nueva victoria en las próximas elecciones.
En el camino deja más de cien mil muertos, errores que ni te cuento, ministros a los que hay que dejar también en el camino y los independentistas más chulos que nunca al comprobar que todo les está saliendo casi gratis.… Ya todo eso da igual, a partir de septiembre se inicia una nueva y fastuosa legislatura en la que Sánchez brillará bajo los focos mediáticos como la fulgurante estrella política que siempre ha sido.
El vencedor de virus y apaciguador de independentistas iniciará un nuevo almanaque. Un nuevo comienzo en el que se va a tratar de que se olvide lo más rápidamente posible todo lo ocurrido en estos dos años. Se pondrá un velo de ignorancia y empezaremos a funcionar como una auténtica distopía al estilo de 1984 de George Orwell, sumiendo el pasado en una bruma al que no conviene retornar. ¿ Qué es El virus? El pasado.¿ Qué son los miles de parados? Algo que queda lejos.¿ Qué es la crisis? Un bache pasajero que estamos superando.¿ Qué es Cataluña? Un remanso de paz.¿ Quienes son los independientes? Gente de concordia.
El único problema es que no hay una sola verdad en todo esto y que Sánchez y su Gobierno volverán a ser de nuevo superados por una realidad que ellos mismos se niegan a reconocer y que ha producido ya en nuestra sociedad un cambio de consecuencias dramáticas para el presidente, su partido y todo su entorno, un cambio que, como ya vemos en todas las encuestas y sondeos mínimamente serios, sigue cociéndose a fuego lento entre cientos de miles de ciudadanos que están hasta el gorro y no pueden más.
Porque el virus, a pesar del esfuerzo de la Unión Europea en la compra y distribución de vacunas, lamentablemente sigue siendo el presente; los miles de parados, especialmente los más jóvenes, siguen sin poder atisbar un futuro, la crisis sigue estando entre nosotros, y lo de Cataluña está muy lejos de solucionarse y ha entrado en un proceso que solo puede terminar o con la rendición definitiva del estado o con una nueva asonada golpista de esa maravillosa “gente de concordia”.
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