Pues mire usted, lo estamos. Muy lejos. Todos. Exactamente a 384.400 kilómetros de la luna y a 149,6 millones de kilómetros del sol (en agosto a muchos menos)
Pues mire usted, lo estamos. Muy lejos. Todos. Exactamente a 384.400 kilómetros de la luna y a 149,6 millones de kilómetros del sol (en agosto a muchos menos). Y concretamente en Sevilla Este, estamos casi casi a la misma distancia del resto de la humanidad. Porque aquí se le pone a una entre ceja y ceja ir al Centro a hacer un “mandao” y tienes que llevarte la merienda para el camino. Porque a pesar de que somos un barrio con una población mayor que Ávila, Cuenca o la misma Segovia con su acueducto y todo, un Palacio de Congresos como una catedral de grande y de lustroso, y hasta una estación para que pase un cercanías, edificios de oficinas como si esto fuera Silicon Valley y carril bici como si no hubiera un mañana, la brecha que nos abre la S-30 con el resto de la ciudad es tremenda. Tanto que cualquier día nos sale un Puigdemont mal peinado y nos monta una independencia de ésas de chistera y conejo, y acuñamos moneda, nos montamos una TV3 y creamos bandera nueva. Y es que somos un barrio con aeropuerto pero sin metro. Con un manojito triste de líneas de autobuses y un cercanía infrautilizado. Y no será porque somos nuevos, que aquí se empezaron a mover papeles para construir en los años 70. Concretamente el 24 de julio de 1969, siendo José María Martínez Sánchez-Arjona ministro de Vivienda, un decreto comunicó la expropiación por utilidad pública de 776 hectáreas de suelo rústico en el sector oriental de Sevilla. En julio de 1975 se aprobó el decreto de expropiación, dedicando a la misma en 325 millones de las antiguas pesetas. En marzo de 1977, el por entonces alcalde de la ciudad Fernando de Parias Merry, suscribió un acuerdo con la junta de compensación para dotar de infraestructuras básicas al sector. Repito, por si se ha perdido usted: infraestructuras básicas al sector. Ahora bien, ¿qué entendemos por infraestructuras básicas? Agua, luz, calles, zonas verdes, alcantarillados... Sí. Eso sí tenemos. Pero digo yo que desde el año 1977 hasta la fecha, es decir cuarenta años después, tiempo hemos tenido para solucionarlo. Y dense prisa porque dicen los astrofísicos que el mundo que habitamos se aleja del sol, a la increíble velocidad de 1,4 centímetros anuales pero en fin, 40 años no son nada, aunque más para unos que para otros.