'El vuelo de Clavileño’ es una obra delicada, poética y sabia: un hermosísimo vuelo teatral. La directora del montaje, Irina Kouberskaya, explica en el programa: “La necesidad de resucitar el espíritu caballeresco en esta sociedad aletargada con valores en decadencia nos hizo descubrir de nuevo a Cervantes”. Porque ‘El Quijote’ y Cervantes significan, pues, un permanente redescubrimiento. Cervantes captó como nadie el alma de -llamésmolo así- lo español, y, sobre todo, las turbulencias que atormentan ese alma. Irina Kouberskaya, en la versión de los capítulos de ‘El Quijote’ que ha realizado para esta fnción, ha subrayado, entre otras cosas, lo que hay de actualidad en la obra, por una parte, y las frases y refranes que han quedado en la memoria colectiva, que se pronuncian frecuentemente, y que, quizás, ya no se recuerde que proceden de ‘El Quijote’.
Porque Cervantes escribió una obra insuperable e inmortal, decididamente maravillosa, que en determinados pasajes o frases parece hecha hoy mismo. Don Quijote: “A los regidores les sobreviene algún tipo de rebuzno”. Lo que puede conducir a algún espectador a preguntarse: “¿Rebuzna algún político de la España de ahora?”. Estas reflexiones llegan al espectador mientras se contempla esta joya teatral, de una estética visual sensacional, que en ocasiones parece una pintura escénica, mientras toda la acción se envuelve poco a poco en una especie de ensoñación como si las peripecias sucedieran en la cabeza del genial hidalgo, esa mente atormentada, enamorada y valiente: dulcemente enloquecida. Afirmará también Don Quijote: “Muchos son los caminos por los que lleva Dios a los suyos al cielo, la caballería también es una religión”.
‘El vuelo de Clavileño’ se estrenó en el pasado Festival de Almagro, posteriormente se ha representado en teatros de Rusia, y ahora está en la Tribueñe, de Madrid, esa pequeña/gran sala donde el teatro se degusta como un manjar. ‘El vuelo de Clavileño’ consiste en un homenaje a ‘El Quijote’ y a Cervantes, y en una colosal metáfora de España. De los males crónicos de España. Que no curan con el paso de los siglos. Con nada. Ahí siguen permanentemente. “Envidia, raíz de infinitos males”. Firmado: Don Quijote.
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